defensa.

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había examen a primera hora, y, afortunadamente, era el último y el más fácil. por suerte, antes de arruinar su relación con absolutamente todos, boscha había estudiado pociones de sentimientos con amity, y ya se sabía todo de memoria. no había manera de que no sacara un A+.

excepto que sí la había.

"describir la manera en la cual se hallan las orquídeas arcoíris."

de tan sólo leer la pregunta, boscha perdió el control dentro de ella. lo había vivido en carne y hueso; la pregunta tendría que haberle sido pan comido. sin embargo, al pensar en eso, sólo se le venía a la mente el rechazo de willow a su declaración. además, no podía concentrarse del calor que le daba la casaca que ocultaba sus heridas en los brazos. los minutos minutos pasaban, luego una hora, y sonó el timbre.

boscha no había escrito ni una palabra.

sentada al final de la clase, la pelirosa perdió esperanza. iba a pararse a entregar un examen literalmente vacío, cuando dos manos la sujetaron a su silla.

—¡lo que sea que vayas a hacerme, hazlo rápido!—boscha se mordió el labio, asustada y adolorida. sin embargo, al ver que la persona atrás suyo no le hacía nada, volteó a ver quién era, encontrándose con una luz sonriente.

—¡apúrate!—señaló su examen con la cabeza.

al regresar la vista a su pupitre, vio que amity se había puesto al final de la columna para entregar el examen, y, discretamente, le mostraba el papel a boscha.

—¡escribe!—susurró amity, y boscha comenzó a parafrasear su respuesta, sin salir de su estado de shock.

al entregarlo, corrió hacia donde estaban ellas, fijándose de que nadie más la viera, pues era seguro que si veían a las chicas hablando con ella, ellas también serían molestadas.

—amity, luz...—comenzó boscha, tímida.

—¿nos vas a preguntar por qué te ayudamos?—amity levantó una ceja, y boscha asintió.

—ayer, cuando te fuiste, eda nos contó lo que hiciste, y todo lo que dijiste. yo les dije que no te creía nada,—luz se encogió de hombros, impertinente como siempre, y amity continuó—pero lilith insistió en que tu arrepentimiento era verídico. y es que si las hermanas clawthorne se ponen de acuerdo en algo—amity rió—es porque es verdad.

boscha suspiró en alivio. no podía decir que tenía amigas de nuevo, pero al menos sabía que había alguien en todo hexside que no la odiaba.


willow no sabía si contarle a sus amigos lo sucedido durante el fin de semana. sabía que se enojarían, e irían a molestarla, y a preguntarle cómo podía tener la cara de irla a buscar a su casa después de todas sus acciones. luz diría que una poción no te arregla la vida, amity diría que aunque lo hiciese no merecía su perdón, y gus solo asentiría, sin saber qué decir, pero opinando igual que sus amigas. así que prefirió no hacerlo, tratando de evitar drama, decía ella.

pero en realidad, a willow el drama le daba igual. ella simplemente no quería admitir la ternura que el gesto le había dado, lo mucho que le dolía ver a boscha estar ahora en su lugar, y la intensidad con la que los sentimientos hacia ella habían regresado para no volver a irse jamás.


cuando llegó la hora del almuerzo, boscha ni siquiera fue a comer. no tenía ganas; estaba casi sola, la chica de la cual estaba enamorada la había rechazado oficialmente, y sus padres ni siquiera se habían aparecido en casa desde hacía días.

así que salió de la escuela y se sentó en las escaleras de cemento frente al portón. mientras pensaba en lo mal que le estaba yendo, las consecuencias de sus actos, de lo vacía que se sentía y en las ganas que tenía de irse lejos, sintió que le caía un balón en la cabeza.

—hola, capitana.—la llamó cat, con una sonrisa maliciosa, y amelia puso su brazo sobre su hombro—¿te apetece un amistoso de grudgby?

—déjenme en paz, se los pido.—boscha bajó la cabeza, suspirando, y se incorporó para irse a un lugar más solitario. sin embargo, las chicas tenían otros planes.

—bueno, si no quieres jugar, no te preocupes; te usaremos de blanco.

boscha estaba ahora en tal depresión que ni siquiera se inmutó en tratar de luchar o defenderse. dejó que la llevaran a la cancha, dejó que le cayera pelotazo tras pelotazo, haciendo que sus heridas volvieran a abrirse, y que de un impacto su boca volviera a sangrar. y estaba punto de recibir un balón ardiente en fuego, cuando la pelota fue detenida y atrapada por una espina. otra de estas levantó a cat por el tobillo, poniéndola de cabeza, y otra más cargó a amelia por el cuello. la ardiente pelota rebotó, lanzándose de nuevo en dirección al árbol en medio de ambas chicas. el sauce fue perforado y cayó rendido, mientras tanto cat como amelia comenzaban a llorar del terror.

—¿quieren terminar así?

—¡no!—gritaron al unísono.

—¡entonces dejen a boscha en PAZ!—bramó willow, librándolas de sus espinas, dejando que huyeran corriendo.

TranquilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora