sola.

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—y es por eso que estoy enamorada de boscha.

después de la explicación de veinte minutos enteros que les dio su hija, los padres de willow no sabían qué sentir. edward estaba conmovido; parecía una historia de amor de película. por otro lado, saúl debatía dentro suyo sobre si valía la pena apoyar a willow con sus sentimientos, pues, en realidad, esa chica la había molestado por años. sin embargo, al darse cuenta de que había arriesgado su vida por ganar su perdón, el corazón del hombre se ablandó.

—awwww, ¡qué bonito!—edward abrazó a su hija.

—¡papá!—willow rió—¡qué empalagoso eres!

la relación de willow con sus padres era tan linda que dolía. la comunicación, los detalles, la preocupación, y el afecto los volvían la familia más unida de las islas hirvientes. y tal vez, sólo tal vez, en el remoto caso de que willow y boscha se volvieran una, la pelirosa podría ser parte de ella, así teniendo, por primera vez, una familia de verdad.


—¿qué opinan ustedes?—preguntó luz.

—a mí no me convence, la verdad. he sido cercana a boscha durante años; desde que me separaron de willow, y boscha no es así.

a amity no le cuadraba nada en esa situación. era la única que conocía el lado sensible de boscha, y había sido tan sólo una vez. ni siquiera era ella quien se lo había como tal mostrado; amity la había encontrado llorando por no poder ir a un concierto. es decir, nadie había sido testigo de una boscha enamorada, o que siquiera sintiera verdadero aprecio por alguien o algo que no fuera el grudgby. así que amity aún no se tragaba las palabras y acciones de boscha... todo era demasiado repentino y drástico para ser verídico.

—yo sí le creo.—gus comentó— por el titán, chicas, que se ha ido hasta los límites de las islas, ha rebanado su piel, se ha enfrentado a la reina murciélago y ha luchado con un jaguar. ¿no les es suficiente prueba?

—yo sí creo que está arrepentida. es decir, piénsenlo; aún si no estuviera enamorada de willow, estaría arrepentida porque ahora ella está en el lugar de willow, recibiendo todo lo que ella le hizo. ha de sentirse mal sabiendo que hizo a alguien más pasar lo que ella está pasando ahora, ¿no creen?—luz pensó en voz alta. sin embargo, amity insistía en que dudaba que boscha fuera a hacer tal sacrificio por alguien.

—pensé que era tu amiga...—gus levantó una ceja—¿por qué estás siendo tan dura con ella?

—no lo sé...—amity se encogió de hombros—es sólo que no quiero que willow salga herida. supongo que no quiero que nadie le haga el daño que yo le hice cuando me fui de su vida sin explicar.

—pero amity, ella ya te ha perdonado.—gus y luz se le quedaron viendo, y la chica de cabello verde suspiró.

—sí... pero yo no.


para la semana siguiente, todo hexside ya se había enterado de que willow había defendido a boscha con sus espinas. todos murmuraban del mismo tema, mirando a willow fijamente cuando caminaba por los pasillos o entraba al salón de clase. evidentemente, no se podía sentir más incómoda sabiendo que nadie prestaba atención a la clase por culpa suya y de sus acciones; sin embargo, no se arrepentía de nada.

conforme los días pasaban, la gente olvidaba el tema. y es que en hexside, un rumor se olvida en una semana, pues apenas sale otro, el anterior es historia al instante. la bruja de gafas estaba aliviada de que la cosa hubiera quedado tan sólo en palabras, pues sabía que, a falta de boscha, cat y amelia no se quedarían atrás en ir por venganza.

pero también pasaban semanas tras semanas, y no había rastro de boscha en la escuela. willow era la única persona que iba a la enfermería a ver cómo estaba, encontrándose de cuando en cuando con amity, que en realidad sólo iba para averiguar y deducir si el cambio de su amiga era real. en efecto, la pelirosa había dejado de ser una chica agresiva y arrogante para convertirse en quien era de verdad; una chica más, común y corriente, que sentía felicidad, tristeza, miedo... amor.

al descubrirlo, luz y gus también empezaron a visitarla una o dos veces a la semana, y a pesar de estar herida, débil y adolorida, boscha se sentía feliz; por primera vez en su vida, no se sentía sola.

TranquilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora