Ataques

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–¡Arrodíllate!– La voz furiosa de Ice Princess asustó a los presentes.

–¡Ya escuchaste!– El hombre de traje negro, Tyler, golpeó con su bastón al adolescente que se encontraba frente a Ice Princess con una mirada retadora.

Aquel adolescente, Sungjae, se dejó caer de rodillas contra el suelo por el fuerte golpe más que por voluntad.

–¿Qué demonios pasó? Solo faltan dos reactivos más para terminar mi misión.– Ice Princess acariciaba su cicatriz bajo la máscara que cubría su rostro. –¡Pasé años creando eso a base de lo último que queda de la Ranger Blanca!–

–Yo... lo lamento, solo hablé sin pensar, pero los Maomaos resguardaron el reactivo.– Sungjae intentaba dar alguna explicación.

–¡El maldito punto era que la Ranger verde toque ese reactivo! Así todo sería mucho más fácil.– Tyler caminaba de un lado a otro rodeando de vez en cuando a Ice Princess y otras a Sungjae, era la primera vez que el adolescente se encontraba en ese lugar sin su armadura, se sentía desprotegido. –¿No crees que merece un castigo?–

Ice Princess estaba muy enojada, así que asintió ante la pregunta de Tyler. –Te dije, el villano nunca se queda con la chica. Tyler, castiga a este idiota, tengo algo listo para nuestra querida Ranger verde.–

–¡¿Qué?!– El adolescente miraba con terror a Tyler, un golpe con el bastón fue suficiente para noquearlo.

Lo único que podía ver Sungjae era un espacio oscuro, todo a su alrededor era borroso, no sentía el cuerpo. Giró su cabeza intentando identificar el lugar donde se encontraba tirado. Una especie de calabozo.

Sin embargo algo llamó su atención, el sonido de cadenas, no estaba solo.

–Ayúdame por favor, despierta.– La voz de una mujer asustó al joven, él giró de inmediato a verla pero no logró mucho pues aquella mujer dio un grito aterrador y muy agudo. –¡Tu rostro!–

Sungjae entró en pánico, ¿qué le habían hecho? Llevó su diestra hacia su rostro, sintió algo líquido, era sangre.

El impacto de la imagen logró asustarlo tanto que sus ojos se colocaron en blanco y en cuestión de segundos, se desvaneció una vez más.

***

Al día siguiente, y debido a la cancelación de clases por un desperfecto en las tuberías, las cinco Rangers y Saeron acordaron salir juntas y el punto de encuentro sería la entrada de su escuela que estaba cerrada. La apertura de una heladería era la excusa perfecta para reunirse.  

–¡Hola!– El efusivo saludo de Irene logró confundir a Seulgi y Wendy quienes eran las primeras en llegar. La canadiense llevaba días cargando su guitarra de un lado a otro, se había enamorado de ella y Seulgi tenía que llevarla cuando Wendy se cansaba.

–¿Hola?– Seulgi miraba con extrañez a su amiga, ella no era así. 

–¿Por qué tan feliz?– A Wendy también le parecía extraño, es decir, Irene era seria y reservada, podía ser graciosa a veces pero no se dejaba ver así de feliz. 

–¿A qué te refieres? El día es espectacular y no tuvimos clases, ¿por qué tendría que estar enojada o triste?– Irene no se percataba que su sonrisa pintaba todo su rostro. 

–Es decir, la Joohyun que conozco siempre tiene ganas de matar a alguien, ¿qué demonios te pasó?– Seulgi empezó a dramatizar, pero esta vez Irene no le respondió con un golpe como costumbre, solo reía y alborotó el cabello de sus amigas. 

–No se preocupen, ¿dónde está Joy, Yeri y Saeron?– Irene parecía muy inquieta por ver a las mencionadas, sobre todo a Joy. Desde el beso no hablaron, obviamente no fue un silencio incómodo, al contrario, todo el camino tuvieron una sonrisa en el rostro a pesar que gran parte del cuerpo de la menor estaba lleno de raspones y manchas de sangre. 

Power Rangers: Red VelvetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora