Power Rangers: Red Velvet

Lazos de amistad

"Power Rangers detienen otro ataque de Maomaos."

"¿Quiénes son las Rangers? Nuestras nuevas salvadoras."

"Al menos diez personas resultaron heridas por ataque de Maomaos, Rangers impidieron que pase a mayores."

–Si, si, si, todos adoran a las rangers.– Joy se quejó mientras leía los titulares de una pila de periódicos que se encontraba sobre la mesa donde comían. –¡Pero nadie se preocupa por cómo se sienten!–

–¡Cierto! No logré dormir nada.– Yeri apoyó a la más alta apretando la cajita de su jugo de uvas sin darse cuenta.

–Han pasado dos semanas y ya quiero mi vida normal de regreso.– Wendy se unió a los reclamos.

En efecto, las adolescentes luchaban a diario para poder ayudar a las personas y llevar una vida normal al mismo tiempo, pero era imposible.

Los ataques Maomaos ya no eran exclusivos para ellas y no solo estaban Krystal y Kris, un grupo de extraños con armaduras similares a ellos se les habían unido y los atentados iban desde un simple robo, hasta una pequeña batalla. Eso sin contar que debían ayudar a los bomberos y policías en asuntos cotidianos.

–¿No podemos tomarnos unas vacaciones?–

–No, ¿ya piensan rendirse tan rápido?– Irene tomó uno de los periódicos y lo enrolló para luego golpear en la cabeza a sus cuatro amigas.

–No es rendirnos, pero estamos cansadas.– Seulgi le quitó el rollo de periódico a su amiga para evitar que las siga golpeando. –¡Somos muy jóvenes, creo que Yeri a penas y tuvo su primera regla, no estamos listas!–

–¡Oye!– La aludida tomó otro periódico y atacó con golpes a su amiga mientras las demás reían, no era una idea tan absurda, Yeri era la menor de todas.

–¡Yah!– Wendy intervino arrebatando el papel de las manos de Yeri. –La vas a dejar más tonta de lo normal.–

–Gracias Wendy, no sé qué haría sin tu ayuda.– Seulgi no evitó usar el sarcasmo.

–Al punto, nadie se va a dar por vencida, solo... Debemos organizar mejor nuestro tiempo.– Irene retomó el control de la conversación.

Joy resopló dejando sus alimentos a medio terminar de golpe. –Eso deberías decírselo a los Maomaos, ¿quién ataca a mitad de la noche?–

–¡Supéralo Sooyoung, no recuperarás tu sueño de belleza!– Reclamó Yeri.

–¡Con mi belleza nadie se mete!– Amenazó la alta señalando con el índice a su amiga. De inmediato todas estallaron en risas, incluso Irene, había olvidado el ego que tenía.

–¿Belleza?– Alguien interrumpió al grupo de amigas con una risa burlona. –Rapido, tengo que ir a jugar y todos estarán apoyándome.– Aquella persona tomó del brazo con fuerza a Joy con la intención de llevársela como de lugar.

–Sungjae, espera.– Joy se libró rápido del agarre.

–Estoy llegando tarde por ti, ¿por qué tendría que esperar más?– El chico denotaba molestia. Tenía puesto el uniforme de básquet de la secundaria, listo para iniciar el juego.

–Estoy comiendo.– Todas miraban en silencio la escena que protagonizaba "la pareja del año".

–Sooyoung, me prometiste acompañarme, así que ahora vienes porque vienes.– Sungjae intentaba sonar dulce, pero la rabia se le escapaba hasta por los poros.