Power Rangers: Red Velvet

¿Un día normal?

Los silenciosos y oscuros pasillos del edificio Blanc & Eclare, fueron invadidos por el sonido de fuertes y rápidas pisadas.

Ice Princess caminaba con rapidez hasta llegar a su oficina ubicada en el último piso del edificio. Una vez ahí, la mujer encendió todos los monitores y tomó asiento frente a una gran mesa con un panel táctil el cual se activó a penas la mujer tomó asiento.

–Ese inútil de Maonster por fin está haciendo bien las cosas.– Murmuró Ice Princess presionando un par de botones.

Frente a ella, un holograma con el mapa de la ciudad apareció y diferentes puntos rojos brillaban por todo el mapa.

–La energía vital y negativa de las personas por fin está llegando a mi.– Murmuró Ice Princess. 

Las espinas de hielo con las que Maonster atacaba a las personas, terminaba por derretirse y el hielo tóxico que emitía, se adhería a la piel. Esto permitía que toda la carga emocional y vital de las personas se transporte hasta un contenedor especial que era monitoreado constantemente por la mujer. Al tener la suficiente energía acumulada, podía iniciar con su plan. Gracias a esto, Ice Princess podía obtener su poder y junto a ella, los Maomaos y sus secuaces.

–Y estas pequeñas me van a ayudar mucho.– Finalizó acercando la imagen del mapa a un grupo de puntos rojos que brillaban con insistencia. 

***

–Hola, bienvenidas a Rosy Coffee, ¿las puedo ayudar en algo? Aún no abrimos.– Una joven alta y de cabello corto hasta el hombro saludó al trío de adolescentes que entró de forma accidentada al local. 

Yeri y Seulgi empujaron a Wendy dentro de la cafetería llamando la atención de la única persona que se encontraba dentro, no todos los días una adolescente era lanzada de forma tan brusca dentro de su local. 

Wendy giró para amenazar a sus amigas con la mirada y rendida, dio un suspiro para sentenciar su destino. –Hola.– La canadiense observó el broche que la adolescente tenía en su pecho para leer su nombre. –Hola Dabin, soy Wendy, estoy buscando trabajo.– 

Seulgi suspiró y se acercó a la extranjera, era claro que nunca en la vida había hecho algo así. –Buenas tardes, mi amiga se enteró que estaban buscando un asistente de repostería y quería postular al puesto.– 

–Es muy responsable y tiene muchas habilidades.– Yeri se unió a Seulgi intentando demostrar las virtudes de su amiga aunque no tuviera ni la más mínima idea si las tenía. 

–Oh, bueno, mi jefe aún no llega pero puedo evaluarte y entregarle un reporte después.– La adolescente pensaba en voz alta mientras sacaba de los bolsillos de su mandil una libreta y un lapicero. 

–¿Qué, ahora?– Cuestionaron las tres adolescentes sorprendidas, pensaban que le pedirían regresar más tarde o algo. 

–Si, ¿o no puede? Perdón, creo que...– Dabin parecía muy nerviosa y tímida ante la presencia de las tres adolescentes.

–No, está bien, vamos.– Wendy tranquilizó a la adolescente con una sonrisa y ésta la guió hasta la cocina para empezar con la prueba. Yeri y Seulgi esperaban fuera. 

La prueba era sencilla, Dabin se encargó de explicarle los postres principales que debía preparar, incluso le pidió preparar diferentes tipos de cafés, dulces y sándwiches. Wendy daba lo mejor de sí y transcurrida una hora, el olor agradable de los pastelillos que la canadiense había preparado, inundaron el local y despertaron el hambre en Seulgi.