Fractura (Parte II)

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–Dabin.– Wendy llamó la atención de su amiga ni bien la vio cruzar la puerta de la escuela, la canadiense la invitó a ver la obra en grupo. –Tenemos una emergencia, ¿cómo podemos llegar rápido al hospital central?–

–¿Ahora?– Dabin guardó silencio mientras era rodeada por las cuatro Power Rangers. –Pueden utilizar sus Zords para llegar rápido, pero eso...–

–¡Gracias, Dabin!– Seulgi cortó la oración de su amiga, no tenían tiempo, así que sin esperar más se alejaron corriendo del lugar. 

Las adolescentes corrieron hacia el gimnasio, sabían que nadie se encontraría ahí en aquel momento, así que aprovecharon para transformarse e invocar a sus Zords. 

Una a una subió en su Zord para llegar lo más rápido posible. Tardaron unos cuantos minutos, pero el escenario era algo completamente nuevo. 

–¿Qué demonios?– Murmuró Seulgi al ser la primera en observar el panorama. Las personas corrían desesperadas. Un gran grupo de patrullas formaban un cerco de contención alrededor del hospital que prácticamente había sido tomado por los Maomaos, pero no cualquier Maomao.

Estos monstruos no eran aquellos gatos que ponían en aprietos a las adolescentes, esta vez parecían ser una especie de monstruos hechos a base de rocas de hielo, aunque había también un gran grupo de Maomaos normales muy bien armados. Todos ellos bajo el mando de SungRed y Kris. 

–Seulgi y yo iremos por la derecha, me ocuparé de Sungjae.– Informó Irene antes de descender de un salto de su Zord. –Wendy ataca a Kris y Yeri, saca a todos del hospital, que tu Zord te ayude.– 

Las adolescentes se separaron tal cual Irene les había indicado. Era una pelea como nunca antes pues eran ayudadas por sus Zords. 

–Vaya, que sorpresa, ¿sabes que debemos terminar antes que Sooyoung salga a...– Sungjae inició su discurso ni bien vio a Irene correr hacia él, más no esperó que ésta lo ignore por completo e impacte su puño contra su estómago. SungRed retrocedió unos cuantos centímetros a causa del golpe de Irene. 

–Cierra tu estúpida boca, no quiero oírte.– El cuerpo de Irene emanaba furia, cada vez que veía al adolescente recordaba a Joy, ella no sabía quién era Sungjae, no tenía idea que el chico con el que salía era su enemigo y, sobre todo, Irene no soportaba la idea que Sungjae se le adelantó en regalarle un ramo a Joy. Había arruinado sus planes y eso no se lo perdonaría.

Por su parte el Zord de Seulgi se encargaba de atacar a los Maomaos con sus garras, mientras ella no dudaba en atravesar con sus flechas a más monstruos desde la cabeza de su Zord. Había encontrado una buena forma de no salir herida y tener una mejor visión, su puntería había mejorado notablemente. 

–Unnie, cúbreme.– Yeri llamó la atención de Wendy quien intentaba retener a algunos Maomaos que buscaban ingresar al hospital. 

–Corre, nos encargaremos de esto.– Wendy le dio luz verde a Yeri quien sin detenerse ingresó corriendo al hospital. Su Zord se ubicó en la puerta principal como una especie de muro para evitar que más monstruos ingresen. 

La Ranger morada desplegó su lanza y sin dudarlo atravesó a los dos Maomaos que habían logrado ingresar, fue extrañamente fácil. –¡Salgan por la parte de atrás!– Ordenó Yeri a las personas que se encontraban en el primer piso del hospital, todas tenían un familiar enfermo, no sabían qué hacer. 

–Yeri, mi Zord está en la parte trasera, salgan como puedan, las ambulancias y patrullas están en camino.– Informó Irene a través del intercomunicador. Agradecía que algunas personas aún confiaban en ellas. 

Irene estaba a punto de atacar a Sungjae de regreso, los adolescentes no dejaban de repartirse puños y patadas, más un grupo de Maomaos se lanzaron sobre ella reduciendola de inmediato. –¡Seulgi, Wendy!–

Power Rangers: Red VelvetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora