ARS GOETIA

EDUARDO

Todos los paladines y los portadores regresaron al hotel, volvían furiosos y cansados de una búsqueda inútil y vacía.

— ¿Cuál fue la excusa de Max? — Preguntó Raúl enojado.

— Dijo que recopila la información lo más rápido que puede — Respondió Sofía.

— Maldición — Murmuró Raúl — ¿Que hacemos ahora? —

— Creí que Anthony mataba a los portadores — Dijo Mario.

— Aun no sabemos que planea Anthony, tenemos que encontrarlo rápido — Dijo Diego.

— Averiguaré por donde buscar, luego partiremos de inmediato — Dijo Sofía.

— Bien, empacaremos, de nuevo —

Mientras los demás se iban a sus habitaciones a empacar, Sofía llamó al arzobispo para tener información y obtuvo más que eso. Al terminar de hablar con sus superior se sentó y se puso a meditar, había un problema.

Cuando terminaron de empacar, regresaron donde Sofía y la vieron, algo la tenía preocupada y se sentaron a su lado.

— ¿Ahora que pasa? — Preguntó Mario.

— Hablé con el Arzobispo Salvatore y me informó que hay un portador en la Ciudad "Y" —

— Ya sabíamos eso — Respondió Mario un poco confundido — Por eso Anthony se dirige ahí —

— El problema está en que es uno de segundo nivel, mandaron cuatro paladines a encargarse de él y... los derrotó a todos —

Aquello sorprendió a todos, sabían que los de segundo nivel eran fuertes pero derrotar a cuatro paladines lo hace difícil de creer.

— ¿Y cuál es el plan? — Preguntó Raúl.

— El arzobispo nos pidió que nos encargáramos de él ya que tenemos a otros portadores de nuestro lado —

— Estará muy difícil enfrentarlo a él y luego a Anthony — Comentó Raúl.

— ¿Y que pasó con los arcángeles? — Preguntó Mario.

— Quieren que nos encarguemos nosotros, además, están reservándolos para Anthony —

— Bien, ¿Que haremos? — Preguntó Oscar.

— Descansaremos bien esta noche, partiremos temprano —

— ¿Estará bien que esperemos? — Preguntó Diego — Anthony podría encontrarlo antes —

— Aunque lo haga, dudo que pueda acercarse a él tan fácilmente — Respondió Sofía.

ESA NOCHE EN LA CIUDAD "Y"

En una calle un poco descuidada, con un poco de basura tirada en el suelo y las paredes de las casas descoloridas por el tiempo, las luces de una casa parpadeaban.

Dentro de la casa no sólo se podía oír un sonido zumbante como electricidad, también se oía golpes secos de objetos cayendo y, luego de un breve silencio, una de las paredes de la casa explotó.

Justo luego de la explosión, dos personas salieron lanzados por el agujero de la pared, Bryan y Jazmín, ellos lo encontraron primero.

— Llegan unos tras otros — Dijo enfurecido el portador de la electricidad, Eduardo, mientras salía del agujero a paso lento con electricidad que le brotaban de los puños.

Tanto Bryan como Jazmín no entendieron, "unos tras otros", pero al ver a Eduardo acercarse, con un rostro serio, dejaron de pensarlo y se prepararon para hacerle frente.