REUNION

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Era medio día cuando Diego se despertó con un leve dolor de músculos, con la movilidad recuperada se puso de pie para cocinar.

Su rutina de siempre, mientras lo hacía pensó que tal vez Evelyn lo visitaría como los días anteriores.

Al terminar comió y luego aseo toda la casa, calculaba el valor de algunos objetos y los escondía de su padre.

Le tomó mucho tiempo hacer eso pero no importaba, esperaba a Evelyn pero la espera se hizo muy larga y ella no llegaba.

Ella no me dijo que iba a venir, no me hubiera hecho ilusiones — Pensó afligido.

Se hizo de noche y se fue a dormir.

Al día siguiente fue al colegio a continuar con su vida escolar.

Las horas de clase avanzaron llevándolo a la salida.

— Hola — Saludó Diego primero.

— Hola, ¿Como estas? — Respondió Evelyn ya que él no se encontraba bien de salud.

— Ya estoy mucho mejor — Contestó — ¿Y tu como estas?

— Estoy algo nerviosa por lo que pasó, mis padres están preocupados y no me dejan salir mucho — Respondió.

Así que por eso no llegó

Ambos conversaron todo el camino y lo hicieron todos los días, a Diego le gustaba y parecía que a ella le gustaba él.

Los días eran tranquilos pero alguien vino a buscar a Diego a la salida.

— Oye, ¿Ese no es el joven del otro día? — Ella la notó primero y le dió aviso a Diego.

— Si, ¿A qué habrá venido? — Respondió sin detenerse.

— Hola, te estaba esperando — Saludó José primero — ¿Porqué no llegaste? —

José era un joven que aparentaba tener entre 18 y 20 años, vestido de un pantalón marrón y un polo blanco, cabello negro y corto, contextura delgada y algo simpático.

— He estado ocupado — Respondió Diego.

— ¿Vienes? — Preguntó poniéndose de costado invitandolo a que lo siga.

Estaba dudoso de acompañarlo pero, desde el primer momento en que lo vió, se veía diferente a otras personas, sentía algo que no podía describir y su curiosidad ganó.

— Hoy me voy con él, hasta mañana — Se despedía de Evelyn.

— Claro, hasta mañana — Contestó curiosa.

Evelyn los vió como se iban juntos sin saber cual sería el motivo por el que Diego se iría con un joven que hace poco conoció, su intuición le decía que no era algo bueno.

Diego tenía algunas preguntas pero no sabía como empezar, ellos caminaron en silencio por un tiempo hasta que él preguntó primero.

— ¿Tu también hiciste un pacto? — Preguntó con una sonrisa.

Aquella pregunta le hizo abrir los ojos, él no podría saber eso ya que Diego no se lo dijo a nadie pero la palabra "también" que había escuchado lo sorprendió más.

— ¿Como que también? — Preguntó sorprendido.

— Cuando lleguemos lo veras — Dijo alimentando su curiosidad.

El silencio volvió a aparecer, caminaron un rato hasta un cruce y se detuvieron hasta que la luz del semáforo cambiara a rojo, entre tanto, oían una noticia del televisor de un puesto que vendía Menú.

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