CIUDAD "Y"

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Sofía y los demás llegaron temprano a la Ciudad "Y", buscaron un hospedaje lo más rápido que pudieron y salieron en busca de portador.

— Rememoremos el plan, debido que el portador ha sido "acosado" últimamente por paladines nos separaremos en dos, los portadores harán el primer contacto y lo convencerán de que necesita nuestra protección, el resto estaremos de apoyo por si algun imprevisto ocurre — Ordenó Sofía.

— Presiento que esto no será fácil — Murmuró Héctor.

— Se mostrará incrédulo en un inicio, sobretodo por que tiene esposa y un hijo pero háganle entender la situación y que tenemos los medios para hacerlo —

— Entendido —

Ya conocían su ubicación, no muy lejos de donde se habían hospedado y al llegar se separaron. Los portadores esperaban a que los paladines estuvieran en posición y cuando lo hicieron tocaron la puerta.

TOC, TOC, TOC...

Los portadores se colocaron al frente de la casa y observaron el agujero en su pared, no sabían que había pasado, se pusieron alerta y tocaron la puerta. Mientras esperaban a que la puerta se abriera, los paladines observaban con detenimiento los alrededores, las personas y en ese momento la puerta se abrió.

Ahí estaba él, quien se encargó de cuatro paladines anteriormente, el portador de la electricidad, Eduardo. Un hombre de casi 30 años, de 1.90 cm., fornido, vestido con botas, pantalón y casaca jeans, y un rostro serio e imponente.

— Buen día Señor, perdone que le molestemos tan temprano pero hay algo urgente que necesita saber — Dijo Héctor.

Mientras Héctor hablaba, Eduardo los observaba detenidamente, en el instante en que abrió la puerta sintió esa energía emanando de ellos, exactamente igual como los que vinieron la noche anterior.

— Volvieron... — Interrumpió Eduardo muy serio.

Ninguno de los tres pudo entender por qué dijo eso pero Sergio notó malas intenciones de su parte. A Eduardo no le importó el momento ni el lugar, aprovechó la confusión de sus tres enemigos y dió el primer golpe.

Eduardo envolvió su puño derecho en electricidad y atacó a Héctor pero Sergio intervino, se colocó en frente protegiéndose con ambos brazos. Aquel fuerte golpe fue suficiente para mandarlos a volar unos metros.

Diego estaba sorprendido, no esperaba tal reacción pero la sorpresa le duró poco, Eduardo lo pateó en el estomago con su pie envuelto en electricidad y también salió disparado un par de de metros.

Eduardo no se detuvo, se movió velozmente para rematarlo; el dolor por el golpe, potenciado con la electricidad, le había hecho tanto daño a Diego que no podía esquivarlo.

No podía hacer otra cosa que cerrar los ojos pero, para su suerte, una barrera transparente con un ligero color verde apareció. Eduardo golpeó aquella barrera, la electricidad en su puño se dispersó como si se saliera de control y el sonido chispeante se oyó más fuerte, luego de eso tomó distancia.

— Gracias... — Dijo Diego, adolorido y esforzándose por ponerse de pie.

— Descuida — Respondió Héctor.

Diego caminó hacia donde estaban Héctor y Sergio, lento y con una mano en su abdomen por el dolor. Necesitaban analizar como debían de proceder.

— ¿Qué deberíamos hacer? — Preguntó Héctor.

— Debe ser un malentendido, él dijo "volvieron" — Respondió Sergio.

— Sofía dijo que ya habían enviado a unos paladines por él, debe ser eso —
Héctor dio unos pasos hacia Eduardo e intentó razonar con él.

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