En un lugar muy oscuro, tan oscuro que difícilmente se podía observar los alrededores , Diego corría en dirección contraria a una voz que lo perseguía.
- Ja, ja, ja, aunque lo intentes no podrás huir de mi - Decía aquella voz un poco grave y seca.
Aquella voz siempre atrás de Diego, él trataba de escapar con todas sus fuerzas pero la voz se sentía cada vez más cerca.
Poco a poco su cansancio se hacía evidente y sus pies se hacían más pesados, tanto que lo hicieron perder el equilibrio y caer.
En el suelo se esforzaba por continuar pero la voz tras de él se lo impidió.
- Ja, ja, ja, te lo dije - Dijo burlándose.
Diego volteó para saber quien era el dueño de esa intimidante voz pero una gigantesca mano mucha más oscura que la oscuridad que los rodeaba bloqueó su vista y lo atrapó sujetándolo con fuerza.
Su rostro denotaba desesperación, dolor y miedo pero la mano no cedió y lo aplastó.
- Aaaaaahhhhhh - Gritó al despertarse de su pesadilla.
Se quedó mirando el techo mientras jadeaba, estaba tan asustado que aquellos sentimientos que tenía en el sueño se hacían evidentes en su rostro.
No era la primera vez que la tenía, aquellas eran todas las noches desde que salió del hospital y siempre eran las mismas, era perseguido y atrapado por una voz, la voz del demonio con el que hizo el pacto.
Ya han pasado tres meses desde que salió del hospital y decidió no volver a entrenar, quería tener una vida como cualquier otro chico pero estas pesadillas lo tenían preocupado siempre y no sabía que hacer.
Aveces se preguntaba si los demás también tenían pesadillas como él pero otras veces trataba de ignorarlas y pensaba en como entretenerse, hace poco que terminó el colegio, tenía que aprovechar este tiempo de vacaciones y sobre todo, pasar más y buenos momentos con Evelyn.
Salio de su cama, de dió un baño y prosiguió con sus tareas domésticas de siempre, cuando terminó, su padre salió de su cuarto y se sentó en la mesa.
Se le podía ver la mirada perdida, las exageradas ojeras, barba y cabello descuidado y se cogía la cabeza con la mano izquierda como si eso aliviará su resaca de siempre.
- ¿Quieres que te sirva? - Preguntó Diego.
- Por favor - Respondió su padre con, ahora, ambas manos en su cabeza.
Por primera vez en muchos años, Diego comería con su padre. Sirvió para ambos y se dispusieron a comer, primero fue la sopa y aunque no se dirigieron ni una sola palabra, a Diego le dió mucho gusto.
- ¿Te sirvo el segundo? - Preguntó Diego.
- Solo un poco más de sopa - Respondió.
Diego se sirvió el segundo y a su padre la sopa, sentados a la mesa y sin mediar palabras, ambos terminaron de comer.
- Me voy a volver a dormir - Dijo su padre levantándose.
- Bien, yo saldré un momento -
Diego también se levantó y recogió los platos donde comieron y los lavó, dejo todo limpio y cogió uno de sus abrigos para salir.
- Diego - Gritó su padre - Si vas a demorar ponte un abrigo -
Eso lo sorprendió aun más, creía que su padre al fin había tomado conciencia de todo lo que hizo hasta el momento.
- Ya me estoy llevando una - Respondió con una sonrisa.
Diego se dirigió a un parque, todos los fines de semana iba a ese parque a encontrarse con Evelyn, ya que sus padres no lo querían, no podía ir a buscarla a su casa y ella tampoco podía buscarlo en casa de él ya que si se encontrase con su padre, este podría agredirla o peor, propasarse.
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ARS GOETIA
ActionLa historia narra la aventura de Diego, que un día encuentra unas hojas de un libro para invocar demonios la cual usa y formará un pacto con uno. Pronto descubrirá que no es el único y tratando de averiguar más sobre estos demonios se encontrará co...