TE ENCONTRÉ II

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José se encontraba frente a él, con una sonrisa de victoria, además del Jefe, vió que alguien lo acompañaba pero no lo distrajo de su objetivo.

- Vine a que aumentes mi poder - Dijo mirándole a los ojos.

- ¡Valla! Hoy es un día de sorpresas - Respondió alegre.

En el primer piso, Héctor, Sergio y Diego estaban preparados para pelear contra aquel que se enfrentó a José, cada uno esperaba quien diera el primer paso pero Héctor tenia un plan.

- Diego, adelántate y ayuda a José - Le pidió Héctor.

- Pero si somos los tres, acabaremos más rápido - Replicó.

- No te apures - Respondió Sergio - Él peleó al nivel de José y nosotros siempre quisimos pelear contra él -

Sergio estaba motivado a pelear, Diego por su parte quería evitar continuar pero no tenia opción, se podía escuchar a la policía afuera peleando con la embravecida turba para mantener el orden, no había forma de escapar y le hizo caso a Héctor.

- ¿Y yo que hago? - Preguntó el subordinado que simplemente estaba ahí.

- Avisa al jefe que uno esta subiendo y luego observa como me hago cargo - Respondió el joven.

Cuando el Jefe Alex fue avisado, mando al resto de sus hombres, quince personas bajaron presurosos para detenerlo pero en el tercer piso Jazmín los detuvo.

- ¡Hey! Necesito que todos me ayuden - Dijo Jazmín.

- Pero el Jefe Alex nos dijo que fuéramos rápido a detener al intruso - Respondió uno de los subordinados.

- El Jefe también dijo que me ayudaran si los necesito - Les mintió.

Los subordinados se vieron las caras preguntándose si sabían eso pero como no eran muy listos, obedecieron. Jazmín los llevó al fondo del pasillo, y a los segundos, se oyeron los gritos de todos los subordinados.

Frente a frente, Héctor se movió primero, trató de empujarlo con su barrera pero el joven la golpeó con su barra y la rompió, esquivó los siguientes golpes y de un salto tomo distancia. Sergio continuó, de las paredes cercanas hizo muchas armas como barras, espadas, dagas y hasta algunos escudos pero en cuanto chocaban contra la barra del joven, estas se rompían, no duraban mas de tres golpes.

- Recuerdo cuando José rompió mi barrera con la misma facilidad - Dijo Héctor.

- Esa arma es muy dura, si la mía fuese así...  - Pensaba Sergio.

- Oye, ¿Ves eso? - Héctor vió una posible solución.

En las paredes huecas y caídas, algo reflejaba débilmente un poco de luz.

- Entretenlo -

Diego pasó por el segundo piso y lo encontró vacío, continuó al tercero y ahí sintió la presencia de alguien. Se acercó lentamente y sin previo aviso algo lo atacó.

- Aaaaaaarrrrrrr - Gritó aquel ser.

Aquéllo cayó encima de Diego tirándolo al piso, sorprendido, forcejeaba por quitárselo, obligado a usar su poder, colocó su pie entre ellos y de un fuerte empujón lo alejó. Al ponerse de píe estaba incrédulo al verlos, los subordinados se encontraban frente a él, algunos de ellos en cuatro patas pero todos lo miraban fijamente enseñándole los dientes como perros furiosos.

- Obviamente el que está en el fondo hizo esto - Dijo Diego.

En cuanto terminó de hablar, los furiosos subordinados atacaron en grupo, sin espacio, Diego tuvo que pelear de frente, esquivando como pudiese y golpeándolos hasta que ya no se levanten. Tres de ellos saltaron encima de él pero usando más poder los alejó de un golpe y a los que trataban de levantarse los noqueaba.

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