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—Solo a ti se te ocurre agendar un vuelo para las seis de la mañana —me quejo con sueño al entrar al auto

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—Solo a ti se te ocurre agendar un vuelo para las seis de la mañana —me quejo con sueño al entrar al auto.

Los ojos azules de mi madre también expresan cansancio, sin embargo, esta de muy buen humor a diferencia mía.

—Está haciendo frío y tengo sueño —finjo llanto y mi mamá ríe.

Es un ser malévolo, nos dormimos hasta tarde, ya que ¿adivinen quienes dejaron todo para última hora y se desvelaron alistando las maletas? Nosotras, exactamente. Además, me tocó despertarme temprano para alistarme y llegar al aéreo puerto a tiempo, en conclusión, no dormí nada.

—No es mi culpa, es de la aerolínea y sus horarios —se defiende—. Además, así mejor, duermes en el viaje.

Tiene un buen punto, aunque eso no quita mi mal humor debido a la falta de sueño.

Llegamos justo a tiempo, y luego de hacer todo el papeleo, nos encontramos en el avión. Por el momento no ha iniciado el vuelo así que mientras busco una película para ver. Es inevitable no ponerme nerviosa y triste a la vez, es una mezcla de emociones raras; en parte estoy emocionada por empezar la universidad y ya saben, lo típico de tener nuevas experiencias que serán inolvidables, pero también estoy nerviosa, ya que empezaré desde cero y será algo nuevo para mí, un gran cambio y no estoy acostumbrada a los cambios para ser sincera, también estoy triste porque extrañaré mucho a mi mamá, cuando empecé a planear estudiar en otro país, como siempre fue mi sueño, ignore por completo que tendría que vivir lejos de mi madre y estos días eso me ha afectado bastante.

—Mira, hay un juego de rompecabezas —dice mi madre señalando su pantalla lo cual llama mi atención.

Desde pequeña he amado los rompecabezas, es algo quizás raro, pero la satisfacción de finalmente terminarlo me hace sentir muy bien, el poner la última pieza es de las mejores cosas en el mundo. Lo único que hago es poner mi música favorita, me concentro y dejo de pensar en eso que tanto había estado en mi cabeza durante todo el día, o a veces es lo contrario, el hacerlo me hace reflexionar mucho y resulta ser algo bastante terapéutico.

—Extrañaré hacer rompecabezas en las noches —digo y pongo mi cabeza sobre su hombro y ella en contestación acaricia mi cabello.

Mamá y yo solíamos hacer rompecabezas casi todas las noches mientras veíamos una serie, una película o escuchábamos música.

—¿Crees que fue buena idea el elegir una universidad tan lejos? —pregunto insegura.

Podría haber estudiado en una universidad de Londres, pero siempre quise estudiar en otro país porque quería un cambio y salir de mi zona de confort. La idea inicial era vivir con mi mejor amiga, ser compañeras de cuarto y disfrutar de toda la experiencia universitaria, pero cuando hable con papá me ofreció vivir con él y se me hizo casi imposible negarme.

La pieza perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora