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Luego de una larga jornada de trabajo, en la cual la lluvia duro toda la tarde, por fin ya es hora de irme a casa

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Luego de una larga jornada de trabajo, en la cual la lluvia duro toda la tarde, por fin ya es hora de irme a casa. Suelto mi cabello y me despido con una sonrisa. Al salir la lluvia parece seguir y está más fuerte que antes. Pongo mi mochila sobre mi cabeza y me dispongo a correr hasta llegar a la estación del metro la cual no esta tan lejos.

Empiezo a caminar en dirección de la estación cuando escucho la bocina de un automóvil, me volteo encontrándome con el auto de Dereck. Frunzo el ceño y el baja la ventana haciéndome señas para que entre a lo cual niego.

—Vamos Edevane, entra, está lloviendo muy fuerte —grita y suelto un suspiro resignada.

—Gracias —digo cuando entro. Pongo mi mojada mochila en mis piernas y reviso que adentro todo esté bien, se supone que es impermeable, sin embargo, mi laptop y mis apuntes están adentro y no puedo arriesgarme. Suelto un suspiro al ver que todo está bien. Miro a Dereck el cual me ve sin decir nada, luego aparta su mirada y empieza a manejar —. Llévame a mi casa, ni se te ocurra llevarme a tu apartamento —digo al ver el recorrido que lleva.

—No pensaba llevarte a mí apartamento Edevane —responde con el ceño fruncido—. En este camino hay menos tránsito y creí que era mejor opción porque con la lluvia suelen haber más accidentes. Pero si lo que querías era ir a mi apartamento solo tienes que decirlo —dice lo último de forma burlona lo cual hace que truene mis dedos un poco avergonzada y molesta.

—Ya no quiero tener más sexo contigo —suelto a lo cual él desvía ligeramente su mirada—. Lo de la casa del árbol fue la última ¿Entendido? —aclaro de una vez por todas. Intente evadirlo para no decírselo explícitamente. No soy tanto de enfrentar los problemas, a decir verdad, solo me alejo, los ignoro y dejo que se diluyan hasta que sea más fácil lidiar con ellos, pero con Dereck el ignorar y evadir no funciono.

—Te diría que sí, pero creo que ambos sabemos que esas son promesas que tal vez no cumplamos —contesta sin quitar su mirada del camino. Abro mi boca para responder, pero la cierro inmediatamente al no encontrar nada que decir. Lo que resta del camino es silencio y lo único que se escucha son las gotas sobre el vidrio, el limpiaparabrisas que va de un lado a otro y mis dientes tiritar debido a que tengo mucho frío.

Al llegar a casa, papá justo está llegando y sale de su auto tapándose y corriendo hasta llegar a la entrada de la casa donde está libre del agua. Espero a que entre ya que no quiero que vea que vine con alguien, Dereck para ser más específicos, sin embargo, el parece reconocer el auto porque se queda viendo confundido.

—Bueno adiós, gracias por el viaje —suelto rápido dispuesta a salir y llegar a casa sin dar explicaciones. Es un plan malo, y conociendo a papá querrá saber la razón por la que vine con el chico que tanto manifiesto no soportar, sin embargo, por el momento no puedo pensar en una explicación coherente. Abro la puerta y miro a papá el cual sostiene su celular y no deja de observar el auto. Cierro de nuevo la puerta y miro con pánico a Dereck cuando su celular suena, él me mira fijamente y desliza su dedo contestando la llamada.

La pieza perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora