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—Odette si vas a estar todo el día en la cama entonces no entiendo para que vine —se queja Scarlet a lo cual suelto un quejido

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—Odette si vas a estar todo el día en la cama entonces no entiendo para que vine —se queja Scarlet a lo cual suelto un quejido.

—Viniste porque eres mi mejor amiga, me quieres mucho y sabes que estoy pasando por una semana horrible —explico con una sonrisa.

—Tienes razón —contesta acostándose junto a mí.

Esta ha sido una terrible semana. El lunes llegue tarde a mi primera clase y el profesor me dejo fuera de la clase, luego decidí caminar un rato y me caí; así tengo un tobillo torcido, unas rodillas lastimadas y clases atrasadas que copiar, además que algunas personas me vieron caer y nadie me ayudo ¡¿Dónde quedaron los modales?!

Pero eso no es todo, las siguientes semanas en el trabajo Steve estuvo más fastidioso de lo normal, cada pequeña cosa que hacía para él estaba mal, y me tuve que quedar varias horas extras para "reponer mi incompetencia".

Y para cerrar con broche de oro la semana, justo hoy en la mañana me vino mi periodo. No me suelen dar tantos cólicos, pero hoy mi cuerpo decidió fastidiarme la existencia así que lo menos que quiero es levantarme de esta estúpida cama.

—No quiero ir —le digo lloriqueando.

—Odette Edevane, tienes que ir. Te comprometiste a tomar las fotos, además tu hermana estaba muy emocionada porque fueras. Maldición, sueno como tu madre —dice y yo me río—. Nada de risas, ve al baño que apestas —me mira seria por lo cual dejo de reír, sin embargo, al ver que reprime una sonrisa, suelto una carcajada haciendo que ella igual explote en risas—. Lo digo en serio —dice cuando las risas cesan.

Algo a regañadientes me levanto y me voy a tomar una ducha. Cuando salgo mi amiga ya me tiene listo un conjunto un tanto formal, no me esfuerzo tanto en el maquillaje y en mi cabello ya que apenas y tengo energía, sin embargo, antes todo pronóstico, me veo bastante bien. Me tomo una pastilla para el dolor y parece ser milagrosa porque a los minutos me empiezo a sentir mejor.

El chico aeropuerto pasa por nosotras. Scarlet saldrá con él a una cita mientras que a mí me dejaran en la empresa de papá, que es donde quedamos que nos reuniríamos. No voy a negar que es un poco incómodo ser la tercera rueda de estos dos tortolitos, solo de verlos me da diabetes.

—Cambia la cara Odette —comenta mi amiga viéndome desde el retrovisor—. No es mi culpa que por tonta Dereck te haya dejado ­—Abro mi boca indignada.

—No te hubiera contado nada —me cruzo de brazos—. Además, Dereck no me dejo.

—Pues es como si lo hubiera hecho —señala a lo cual volteo los ojos.

—¿Podemos dejar de hablar de Dereck estúpido Evans? —pido a lo cual ella asiente con una mueca.

Cuando por fin llegamos al edificio donde mi padre trabaja, me despido y le doy las gracias a Mike por haberme traído. La verdad es que, aunque al principio no me convencía, parece ser un buen chico, y mientras no lastime a mi mejor amiga, está bien para mí.

La pieza perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora