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—Tranquilo, todo saldrá bien.

Mashiho acomodaba la corbata de su Jefe, quien anteriormente había sufriendo de un terrible ataque de pánico. Se había preparado para esto durante toda su vida, pero le preocupaba no ser lo suficiente, odiaba cada una de sus inseguridades.

—Junkyu, estaré ahí.

—¿Pase lo que pase?

Mashiho a causa de la ternura rió. El también se hallaba nervioso, pero debía mostrarse fuerte para darle coraje a su mayor.

Es mi trabajo, aunque quiera huir de aquí debo quedarme.

A Junkyu no le tranquilizaron del todo las palabras, pero en consecuencia debía fingir que sí, que no había hecho toda una analogía del por qué Mashiho seguía estando a su lado además de ser su asistente.

—Bien, estoy listo.

Los dos adultos salieron del baño en dirección a la sala de juntas donde se desarrollaría toda la charla profesional, que le daría un nuevo rumbo a su empresa familiar. Junkyu lo hizo bien, su inglés era casi que nativo, siendo este canadiense nada más de nacimiento, mudándose con tan solo cinco años a Corea. Su madre nunca dejó de hablarle en inglés reconociendo que era necesario.

Mashiho también hablaba y entendía lo necesario, aunque no decía ni una palabra era importante que anotase lo más importante de toda la conversación, casi como narrarla. Junkyu, para alivio de los dos y otros colegas, terminó dando un fuerte estrechon de mano con el que sería su nuevo cliente y aliado, sonriendo con victoria.

,•'☆•',

—Te lo dije, lo harías genial.

Ahora comían en un restaurante corriente chino, que para experiencia de los dos no sabía  nada "chino".

La de mañana será a la misma hora ¿No?

Junkyu se atragantó poco con la sopa.

—¿Estás bien? Torpe.

Mashiho Daba suaves golpes en la espalda de su Jefe, quien aún se ahogaba por el nuevo problema que ahora atravesaba.

Mashiho, se han cambiado un poco los planes.

Mentía, claro que sí.

—¿Cómo? ¿Será más temprano?

—No, algo más drástico.

Mashiho notó el comportamiento sospechoso del mayor.

Dilo.

—Bien...

—Sin rodeos.

A Junkyu no le gustaba mentir, mucho menos a la persona que estos momentos más adoraba y respetaba, pero el viaje había sido todo un plan que incluía gastos, dinero y tiempo, pero sobre cualquier cosa era algo que realmente deseaba, este espacio junto a Mashiho, tenerlo a su merced porque  en unos meses de una vez por todas dejaría los encuentros clandestinos.

Papá... El señor Kim me llamó para felicitarme, y decirme que esta sería la única reunión que tendríamos gracias a el éxito de esta.

—¿Te llamo?

mierda, pensó Junkyu.

Sí.

—¿En qué momento? no me di cuenta.

Mashiho claro que no era idiota.

Lo hizo, ¿Puedes creerme?

charming man ;m a s h i k y u +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora