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Para Mashiho, la agradable salida se convierte en una tortura. Las horas transcurren con lentitud, y su paladar se encuentra extrañamente seco, por mucho que se hidrate. Supone que Junkyu no lo nota, porque está bastante distraído charlando con su sobrino a un lado, tomando chocolate caliente, aprovechando la compañía del otro, y realmente no quiere arruinarles la tarde. Cuando toman asiento, agradece, respira con dificultad el aire congelado de Nueva York y se pregunta cómo sería estar en casa, junto a Hye.
Momentos después llega a la conclusión de que en realidad le gusta estar ahí, tan solo porque se encuentra junto a su encantador hombre.

Podemos ir a Midtown Manhattan— Sugirió Junghwan, y Junkyu no se opuso.

Abandonaron el parque para tomar un Taxi, y al hacerlo Kim por fin cayó en cuenta del extraño comportamiento que tenía el otro adulto, justo cuando intentó tomar su mano, buscando calor, y este la apartó inconsciente. Aunque acto seguido la tomó, dudó si era correcto hacerlo.

Cuando  llegaron a la zona comercial, una de las más conocidas de la ciudad, Junkyu aprovechó el interés de Junghwan en camisetas de segunda mano, que  lograron distraerle de los mayores, y se acercó hasta su invitado.

—¿Todo bien Mashi?— La pregunta salió de su boca con burla para no crear un ambiente tenso, lo último que esperaba era iniciar una discusión, pero al ver lo que le mantenía tan distraído, sus ánimos se vieron  afectados

—¿Eh?— Mashiho apartó su vista del anillo de oro que portaba, señal de compromiso.— Sí, estoy bien.

Junkyu quiso tragarse toda su curiosidad, pero sus inseguridades  injustas y fuera de lugar vencían en ciertos casos.

¿La extrañas? No te preocupes, falta muy poco.

Mashiho no contestó, solo asintió. Si negaba que la extrañaba, las cosas se volverían más confusas, porque si era cierto que no lo hacía, comentárselo a Junkyu cambiaría un par de cosas que no estaba listo para aceptar.


,'•☆•',


Terminaron las compras, y el adolescente salió victorioso, agradeciéndole a su tío favorito, entre los cuantos que tenía, por los regalos de navidad adelantados.
Le dejaron después devuelta en su hogar sano y salvo, la tarde corrió demasiado rápido.
A Mashiho le hubiese encantado interactuar más con el chico, pero por alguna razón todo le hacía sentir fuera de lugar.

Junkyu, la otra vez tú... Me dijiste que  te enamoraste fue de tu mejor amiga.—Ya en el transporte, devuelta al hotel, Mashiho se atrevió a decir palabra.

—¿Sí?

Mashiho le observó confundido, "¿En serio no recuerda?" pensó.

Sí, ¿Es cierto?

El rostro del hombre palideció, rogando que la conversación no tomara la dirección que llevaba evitando durante toda su vida.

S-sí, ¿Tú igual no? Pero tuviste miedo, es normal.

Junkyu maldecía desesperado en mil idiomas. El tema aún le afectaba, y se arrepentía de haberle contado algo tan intimo al menor, que seguramente conectaría rápido cada hilo, porque le conocía y estaba enterado de lo suspicaz que podía llegar a ser.
Antes de que le cuestionar, o preguntara por su pasado, se apresuró a aclarar un par de cosas.

Escucha Mashiho, sucedió hace mucho, lo superé en su momento y seguí adelante. Reconozco que soy un hombre de poca suerte, pero juro que antes de mi propia felicidad estaba la de ella.— En realidad, no quería dar lastima, tampoco crear malentendidos— Y la felicidad de mi hermana.

charming man ;m a s h i k y u +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora