⚠️Capitulo largo.
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El Restaurante que había elegido el mayor; No era completamente uno. Contaba con tres niveles, los últimos del Rooftop, conformado por un Bar, el gran comedor y por último un amplio mirador.
—Recuerda que tienes mal aguante.
Mashiho le arrebató la copa que contenía alguna clase de bebida alcohólica, desconocida para el par.
—Huele a vino, pero— Pero el menor se vio en todo su derecho de probar por su madurez y controlada mano.— No sabe muy bien, no te pierdes de nada.
Habían decidido esperar a tener un poco más de hambre para subir al siguiente piso, ya fuese por el ascensor o una angostas escaleras.
—Déjame probaaaar.
Sentados en la esquina, pero no menos lujoso por ellos, el mueble daba a la ventana de cristal, ofreciéndoles otro excéntrico paisaje.
—Solo un poco.
Mashiho tenía razón, Junkyu no era nada bueno cuando de alcohol se trataba porque cuando empezaba a tomar; Lo hacía como si de refresco se estuviese hablando. Como en casi todo lo que llevaban de conocerse, no pudo oponerse a los deseos del contrario.
—Mierda, si sabe asqueroso.
los dos rieron, llamando la atención de una que otra persona con la que compartían ese lado del lugar, y no era la primera vez, anteriormente no les dejaban de observar puesto que no apartaban su boca del otro, y pocas eran las veces en las que la "pareja" se besaba con ternura.
—Pero, quiero más.
Junkyu tragó todo lo que quedaba de un solo golpe, tomó otra copa de la diminuta mesa de centro mientras Mashiho le proporcionaba palmadas en los muslos, negando por la idiotez que estaba a punto de cometer su terco Jefe, nada nuevo, como un Déjà vu.
Flashback 1/2:
Kim sonreía de forma espeluznante, al parecer de Mashiho. Era el primer día de trabajo para el emprendedor japones, quien había sido honorablemente contratado en la famosa empresa de entretenimiento, para la parte publicitaria y administrativa. Un buen novato, sin experiencia, pero con maravillosas notas y recomendaciones, recién salido de la odiosa universidad y las diferentes especializaciones. Para el chico era un sueño, ser un asistente no eran todas sus aspiraciones, pero serlo de un cargo tan grande afirmaba que, en definitiva, era un buen primer paso.
Pero el superior que le habían asignado, hijo del presidente actual de la empresa, se veía tan niñato como seguro él mismo lo hacía, y eso no le generaba nada de confianza, otra causa podría ser la manera tan descarada en que le analizaba, sin pudor.
—Entonces, Takata Mashiho.
—Sí, señor.
—Estamos en confianza, puedes llamarme Junkyu.
—Bien, Junkyu.— Mashiho gozaba de un buen intelecto, claro que había notado el trato tan evidente y preferencial que le estaba dando su extraño Jefe, un hombre hace unos quince minutos atrás había entrado con dos cajas pequeñas, amistoso y sonriente al igual que su mayor, pero aún cuando parecían conocerse de años, nunca se dirigió al él por su nombre, utilizando el mismo honorífico; "Señor".