Terminaron de cenar en un ambiente más tranquilo aunque el de antes no fuese exactamente alocado. Junkyu había elegido un lugar calmado pero exótico, meticulosamente decorado.
—Estaba delicioso, por dios.— Y para su suerte, a Mashiho le estaba gustando tanto el lugar como la tranquilidad de este, aún cuando las copas corrían entre mesa y mesa, las personas parecían mantener la cordura.— Pero no tenías que hacerlo, en serio me hubiese conformado con un buen churro.
—Ya estamos aquí Mashi, solo disfrútalo.—Junkyu por su parte ya no se sentía para nada atareado, la comida italiana le hizo bien a su estomago y posible embriaguez.— Podemos volver de nuevo al bar, y bailar un rato en la aburrida pista, con música de pasarela.
—¿Sin alcohol?
—Sin alcohol, lo prometo.
Todo en la cuenta ya estaba pagado, así que resposaron con paciencia mientras mantenían una charla intima, como las que nunca gozaban pues Mashiho se lo tenía estrictamente prohibido. En esta ocasión no tenía escapatoria alguna, sintiendo que lo debía por todas las comodidades y "buenos momentos" porque además de ser simples amantes, eran reconocidos por ser grandes colegas. Él encargaba de proteger a su Jefe en todo momento, y Junkyu no era más que un superior respetuoso, compresivo y excesivamente amigable.
—Aunque no lo creas, era bastante conocido en la universidad.
—Claro que lo creo, Junkyu eres un maldito adonis.
El mencionado negó efusivamente, mostrando una burlona sonrisa recargada de sarcasmo.
—No siempre lo fui, en la preparatoria me odiaban.
—¿Por qué?
—Por mi familia, todos crearon esa imagen distorsionada de niño creído y me la otorgaron a mi.
Mashiho asintió, comprendiendo por completo la situación. Había estudiado con un chico atado a la misma etiqueta de privilegiado, a lo que todos concluyeron que era un fastidio, muy diferente a lo que se esperaba; Que le buscaran por puro interés.
—Supongo entonces que en la universidad eras bueno conquistando, ¿no?
—Claro que sí.
Los dos rieron por la embarazosa respuesta, Junkyu más avergonzado por ser el dueño de esta.
—¿Ah sí? ¿Chicos y chicas?
—Chicos y chicas.
—Vaya, que suerte señor Kim.
El japones admitía lo mucho que le gustaba cada faceta del hombre encantador, pero buscaba consuelo en la propia perfección, porque ¿Quien no lo haría? ¿Quién no gustaría de él?
—¿Y tú? De seguro no te iba tan diferente.
—Pasaba desapercibido, antes de Hye solo hubo una persona que gustó de mi realmente, pero no pude corresponderle.— Mashiho trataba de evadir recuerdos que gracias a su situación actual ya no tomaban tanto sentido, como por ejemplo su evidente fragilidad sexualidad, porque al final terminó siendo algo que negó durante algunos años.
—¿Un hombre?
—Sí, un hombre.
—¿Fue por miedo?
—Era mi mejor amigo, y...— Mashiho no tuvo de otra que aceptarlo— Mierda, sí tenía mucho miedo.
—Es normal tenerlo, Mashi.
El menor quiso decirle, aclararle que nunca experimento tal cosa junto a él, nunca la aterrorizo del todo la idea de besarle, porque lo único que le frenaba era el hecho de ser infiel, no que fuera un hombre el que lo hiciera, pero el deseo y placer siempre fueron más fuertes que el autocontrol, su egoísmo en algún punto pudo más y estaba plenamente consciente de ellos, de que era un idiota, un mentiroso.
—¿Tuviste miedo?
—Mi hermana se casó con una preciosa mujer, y salió del closet mucho antes que yo.— Junkyu le dio un sorbo a lo que aún quedaba de su limonada, ignorante a la reacción de Mashiho.— Aunque fue difícil aceptar ciertas cosas, siempre tuve el apoyo de mi familia, sobre todo el de Jisoo Noona.
—Ahora quiero visitarlas lo más pronto.
Pero Junkyu no reaccionó como el otro lo esperaba, en cambio paseo la mirada por cada borde del lugar hasta llegar por fin a la den contrario. Mashiho no quería sacar conclusiones que descolocaran a sus perceptibles emociones.
—Murió hace tres años, pero a Jisoo le va a encantar hablarte de ella.— Trató de sonreír el hombre.— y de cómo tuvieron a Junghwan, es su historia favorita.
Mashiho presionó sus labios, evitando soltar algún sonido lastimero porque su corazón latía tan rápido que dolía, se conmovía tan rápido como eso. El mayor no tardó en darse cuenta y tomó su mano.
—El amor se presenta en la vida de todos de diferentes formas, y la misma puede arrebatarnos todo lo que algún días quisimos sin piedad.
《 Y la forma en que se amaban, Mashiho...Siempre he soñado con algo como lo que ellas tuvieron.
—Lo siento...
Silencio, entre tanta gente, eso era la único que entre unos externos minutos hubo entre el par. Mashiho solo acariciaba con su pulgar la palma de Junkyu, este solo sonreía para tratar de calmar todo lo que posiblemente el otro no podía procesar, y entendía su estado de Shock, sabia lo empatico que podía llegar a ser el chico.
—Junkyu, ¿Te haz enamorado alguna vez?
—De mi mejor amiga, nada nuevo.
De nuevo los dos reían a gusto, retomando el ambiente anterior y dando por cerrado el tema. A Mashiho se le era imposible no admirar a Junkyu.
—¿Aún quieres bailar?
—No lo preguntes más.