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—¿Tienes tiempo para almorzar hoy?

Junkyu había llamado a su único y asistente favorito entre todos, para que hiciese acto de presencia en su común oficina, ofreciéndole  tomar asiento y una buena taza de café.

—No puedo, debo adelantar trabajo para noche buena, Kim.— Mashiho le dio un último sorbo a la taza y la dejó sobre el escritorio para colocarse en pie.

—¿Y no quieres divertirte un rato?

Junkyu moría por pasar tiempo junto a su asistente Takata, de cualquier forma, siempre necesitaba algo de él. De igual manera estaría  agradecido por la ocasión en que sus cuerpos se entregaron a el calor de una noche  por primera vez, pero también maldecía su constante deseo por  tenerlo a su lado.

—Sí, podríamos jugar un rato.

Mashiho era de pocas palabras, y eso  fue lo primero que atrapo a Junkyu, porque aún cuando eran cortas oraciones, también lo suficientemente contundentes como para hacer que perdiese la cabeza y todos sus sentidos.

—Acércate, y prueba un poco.

El fiel asistente obedeció, no sin antes colocar seguro a la puerta de madera, que gracias al universo no estaba hecho del típico material semitransparente.

—¿Qué te pareces si te sientas aquí?

Junkyu le dio golpecitos a sus propios y trabajados muslos, logrando que Mashiho mostrará su deslumbrante sonrisa, más tierna que coqueta.

Tomo asiento y le dieron inicio a  la guerra de besos, mientras Takata jugaba con la corbata de su apuesto mayor, jalando de esta para que los labios se fundieran, si era posible.

Pero Mashiho necesitaba algo más, así que interrumpió la cercanía de sus rostros.

—¿Puedo...?—Dijo mirando el medianamente ajustado pantalón de Junkyu.

—¿Chuparmela?—El japonés llevó su palma abierta a la frente del contrario, dejando un ligero golpe en la piel descubierta.— ¡Hey! ¿Acaso mamada suena mejor?

Solo cállate, por favor.—Se dio el permiso se desabotonar la tela con brusquedad y por ende colocarse de rodillas frente a su hombre favorito.—Levanta el culo, anda— Mashiho también sabía dar órdenes, que Junkyu cumplía como un adolescente emocionado.

Bajó los pantalones junto a la ropa interior, no daría rodeos, en serio tenía papeles por atender.

¿Estabas erecto desde que entré a la habitación o?

Los dos solían hacer bromas entre sus aclamados actos sexuales, se consideraban un buen dúo, ¿Reír mientras preparaba sus  labios  apunto de recibir  el miembro de Junkyu?, su rutina favorita.

Tal vez, lo anticipo casi siempre.—Mashiho rodó los ojos y empezó con su trabajo, ya era todo un experto aún siendo Kim el primer hombre con el que se involucraba de tal forma.

Mashi, Mashi, ¡Para!— Trató de detenerlo el mayor— N-no quiero, mierda... Manchar tu traje.—Pero no pudo hacer nada al respecto, no se apartó, en cambio lo trago todo de una.

Junkyu se sorprendió porque Mashiho nunca había hecho algo así. Alzó su vestimenta inferior, tomó los paños húmedos que mantenía siempre sobre su mesa de trabajo, y lo pasó por los labios del hombre aún de rodillas.

Mashiho observaba con adoración a Junkyu, quien mantenía una expresión confusa que llegaba a ser jodidamente tierna.—No manchó mi traje, era lo mejor.— Volvió las piernas del coreano y le dio un corto abrazo.

Siempre haces lo correcto, ¿Eh?—Junkyu acariciaba un lado de su cintura, justo por donde lo sostenía. Tomó la incitaba de nuevo y  volvió a besarle, gesto que indicaba que ahí se termina la cesión, cosa que le causaba fastidio.













En cambio, Mashiho no quería enamorarse de su hombre favorito.

charming man ;m a s h i k y u +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora