Aquí vamos de nuevo

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Vestido con una camisa hawaiana y bermudas como siempre que lo veía, ahí estaba parado en la orilla del lago, con los pies dentro del agua, solo que esta vez tenía una mirada extraña.

-Lo lamento tanto, Percy-.

-Sobre que?!- exploté- Sobre la profecía? Sobre el ataque? Sobre como nos dejaron solo de nuevo?-.

-Sobre todo- respondió-Pero sobre todo por no poder hacer nada esta vez para ayudarlos-

-Esta vez? Cuando han hecho algo por ayudarnos? Todos nuestros problemas son culpa suya-

Lo vi suspirar y sacar algo de su bolsillo.

-Solo puedo darte esto- me dio un dracma viejo- es un escudo, tócalo con el mango de tu espada y se activará, te protegerá en el siguiente ataque, los kuros son muy...

-Estas diciendo que habrá otro ataque?- cerró los ojos y sacudió la cabeza.

-No debí decir eso, demonios no debí decir nada. Escucha, se decidió que  ninguno de nosotros intervendría en esta ocasión y...

-Estamos solos, como siempre-

-Eso no es del todo cierto y lo sabes hijo-. Antes de que lo interrumpiera de nuevo levantó una mano.-Decidimos desafiar a Zeus y a Hera, les daremos toda la ayuda que podamos antes de subir de nuevo, te diré algo que no debería pero tenías razón sobre el guerrero dorado de la profecía-

-En serio?-

-Si, no puedo decir mas- un relámpago iluminó el cielo y segundos después un rayo cayó en el bosque.

-Cuídate hijo, no te rindas y lo lamento mucho- me dio un abrazo corto y el familiar resplandor  dorado me cegó por un momento. Me di media vuelta y caminé hacia mi cabaña, cambié de dirección cuando vi que algunos se dirigían hacia la Casa Grande, Annabeth caminó directo hacia mí en cuanto me vio, me abrazó y tomó mi mano. En silencio todos entramos a la casa y como en cada reunión nos sentamos alrededor de la mesa de ping pong.

-De acuerdo- dije cuando nadie mas dijo nada, todos parecíamos estar dentro de nuestras cabezas, claramente cada padre divino había dicho algo en lo que pensar.

-Mi padr... Poseidón dijo que habrá otro ataque pronto y debemos estar preparados. Me dio un escudo- dije levantando el dracma que me había dado- Y dijo que los dioses no volverán a bajar o intervenir, la basura de siempre- Annabeth apretó mi mano.

- Quien sigue? -.

-Atenea dijo básicamente lo mismo, dijo que lo más importante es tener una estrategia en el ataque que vendrá-

-Aunque no nos dio ningún objeto- agregó Malcolm mirando hacia los demás- Alguien recibió algo? - Todos levantaron la mano.

-Armas? - preguntó Clarisse, todos asintieron y colocaron sus objetos en la mesa.

-Entonces qué? ¿Tenemos un arma o escudo efectiva contra los kuros en cada cabaña? -

-¿Qué pasará con nuestros hermanos?- preguntó Katie.

- ¿Solo pelearemos nosotros? –

-Ese es el punto, ¿no lo ven? - dijo Annabeth- un arma por cabaña significa que solo uno puede pelear y esa será nuestra estrategia. Solo los lideres o los mejores en combate pelearán, haremos lo mismo que hicimos hoy, los otros trataran de inmovilizarlos y nosotros los remataremos-.

-No será suficiente-

-Tal vez, pero es más de lo que teníamos la última vez- todos asentimos, y no tenía hermanos en el campamento, Tyson no había vuelto, pero imaginaba lo que estaban pensando, todos pelearían solos si eso significaba proteger a sus hermanos y hermanas.

-Como sea, mi turno- Clarisse empujó su lanza nueva al centro de la mesa- Ares me dio esto y dijo que no confiáramos en los romanos-

-Que?!-

-Bueno, dijo que tuviéramos cuidado con ellos-

Una razón más para desconfiar de los romanos, yo era el último que quería creer que ellos nos traicionarían, pero nunca se puede ser demasiado cauteloso.

Uno a uno todos repitieron lo que sus padres les habían dicho, nada que ayudara realmente o que nos diera alguna pista sobre lo que pasaría con la profecía, salvo Apolo.

-Nos dio una espada, dijo que Rachel no regresaría hasta que los romanos se fueran porque uno de ellos tiene un arma que asesinó a un oráculo una vez y su energía podría afectarla, no quiere ponerla en riesgo-.

 -Por lo menos ella está a salvo- dijo Leo suspirando.

- ¿Está amaneciendo, alguien tiene algo más que decir? - Will asintió.

-Nuestro padre nos dijo algo más, dijo que nos concentráramos en el dibujo que nos dio antes, dijo que nos ayudaría a orientarnos en el laberinto- Miró a Annabeth fijamente, yo no era el único que había sospechado que algo ocurría.

Annabeth suspiró y me miró.

-No más secretos- le dije apretando su mano. Después de un momento ella contó todo, sobre el laberinto, sobre la marca, sobre todo lo que había pasado.

 -Te dije que nos dejaras ayudar- Travis le sonrió desde su lugar en la mesa.

-Esperen, esto se queda entre nosotros, los romanos no son de fiar y no sabemos cómo van a reaccionar- Clarisse tenía un punto, después de la advertencia de Ares teníamos que ser cuidadosos.

-Entonces vamos afuera, los romanos deben estar por llegar- Piper se había mantenido callada, la única vez que habló fue para contaros lo que su madre le había dicho, eso era extraño, usualmente ella no se guardaba nada. Pero no pude dejar de notar que ella no le quitaba la vista de encima a Jason. Zeus había sido el único que no había llamado a su hijo para hablar, ella había despertado a Jason y lo trajo a la reunión, pero él no habló para nada. A pesar de que aún había tensión entre los dos, lo consideraba mi amigo, hablaría con el después.

Por ahora teníamos otro asunto que atender, un grupo de romanos molestos en la puerta de la Casa Grande.

-Empezando la reunión sin nosotros? - preguntó Reyna molesta cuando Clarisse abrió la puerta.

Aquí vamos de nuevo...


Percabeth....ya no quiero pelearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora