Capitulo 18 Son ojos

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No era posible.

Ese símbolo grabado en su piel... tenía que ser un error.

-Annabeth- dije tomando su rostro entre mis manos y tratando de mantener la calma- Explícame-.

-Yo... ¿Recuerdas cuando caímos por una grieta al laberinto?-. Asentí mientras recordaba ese evento, la sensación de caer, la oscuridad y ese pequeño momento en el que ella se aferró a mi.

-Después de eso Malcom y Chris... ellos la buscaron después de la batalla con Cronos-.

-Pero...

-Lo sé. Creímos que el laberinto había desaparecido con Dédalo pero... ¿Recuerdas lo que dijo sobre el?-.  Sentía el piso bajo nosotros y ella tomó mis manos para que regresara mi atención a ella.

-Que... el laberinto crecía por si mismo pero...

-Seguía siendo parte de él. Cuando encontraron la grieta entendimos que el laberinto seguía existiendo. Y hemos estado explorando lo que quedaba de el-.

-¿Lo que quedaba?

-Si. Chris sabe orientarse después de...lo que le sucedió cuando estuvo aquí-. No podía olvidar eso, el chico se volvió loco por haber bajado.

¿Porque no me lo dijo?

-Continua-. Mi tono era frío y sonaba molesto, pude ver la sorpresa en sus ojos pero no podía evitarlo.

-Hace algunos meses, antes de que pasara toda esa locura de los dardos. Encontramos una habitación con el símbolo de Atenea grabado en la puerta. Solo Malcom y yo pudimos entrar y había una... una especie de ranura. Tenia grabado el símbolo de Dédalo y el de mi madre a cada lado y...- Las paredes se sacudieron y algo de polvo comenzó a caer sobre nosotros.

-Annabeth debemos salir de aquí antes de que esto se derrumbe-. Dije poniéndome de pie y levantándola conmigo.

-No va a derrumbarse nada a menos que yo lo decida-. Dijo cerrando los ojos con fuerza.

-¿Que?-. 

-Cuando entramos a esa habitación, Malcom parecía poseído. Comenzó a caminar directo a esa rendija como si algo lo estuviera jalando. No podía detenerlo, no me escuchaba-. Ignoró mi pregunta pero no me importó, tenía que entender lo que estaba pasando y ella por fin me lo estaba diciendo.

-La voz de mi madre sonó en mi cabeza advirtiéndome que lo detuviera. Ella dijo que moriría si no lo hacía. El iba a meter la mano en esa rendija, intenté apartarlo y comenzamos a forcejear y yo... yo tenía mi daga conmigo...- sus manos temblaban entre las mías sin parar mientras cada palabra suya se transformaba en una imagen dentro de mi cabeza, podía verla pelear con su hermano y sacar la daga que él mismo le había obsequiado.

-Lo apuñalé.... en la pierna y... cayó al suelo pero seguían intentado llegar a esa rendija- Recordaba a la perfección haber visto a Malcom con un vendaje en la pierna por unos días pero le dijo a todos que había sido un accidente en una práctica de combate.

Eso fue cuando...

-Sabía que debía evitarlo así que intenté noquearlo pero por ninguno de mis golpes lo afectaban... hice... hice lo único que se me ocurrió-.

-Metiste la mano-. Ella asintió y volvió a mostrarme la marca en su muñeca.

-Era una trampa. La habitación estaba diseñada para hijos de Atenea, sin importar cuantos entraran, todos los que fueran... puros no podrían evitar ser atraídos a poner la mano ahí y morir al hacerlo-.

-¿Y porque tu no?- Abrió la boca para responderme pero la forma en que dijo "puros" llamó mi atención- ¿Que quieres decir con puros?-.

-Es un viejo rencor que le tenía Dédalo a mi madre.  Ella es...pura-. Creo que esperaba que con la mirada que me dirigió al decirlo entendiera pero la verdad no lo hice.

-Virgen-. Dijo suspirando y sonrojándose como un tomate.

-Ah- Dije secamente ganándome un puñetazo en el brazo. Sabía que estaba sonriendo  como tonto al verla avergonzada pero no podía evitarlo.

-Como sea. Solo un hijo o hija de Atenea impuro podría tomar su lugar como regente del laberinto y eso significaba una burla a mi madre al tener hijos impuros mas...

-Mas los que morirían por intentarlo-.

-Exacto -. Todo seguía sacudiéndose a nuestro alrededor y no sabíamos que estaba pasando en el campamento.

-Pero...

-Percy se que tienes muchas preguntas pero debemos salir de aquí para ayudar a los demás. Te diré todo más tarde-. La miré lleno de duda, solo en este momento habíamos podido hablar y apenas sabía una parte de lo que había pasado.

-Percy- dijo mirándome a los ojos- Lo juro por el Estigio-.



...

Clarisse y su equipo regresaron a la orilla del lago justo a tiempo para ver a Annabeth desaparecer entre las olas.

-¡Kevin, Thomas! ¡Sigan el protocolo!- Sus hermanos obedecieron y comenzaron a llevar a los rezagados hacia los refugios. El resto de la cabaña Ares  tomó su posición a los flancos de los campistas que ya estaban en la arena con sus armas listas.

Clarisse y Chris corrieron hacia Malcom que intentaba correr detrás de su hermana pero era retenido por dos campistas de Atenea mayores que el.

-¡Malcom no puedes hacer nada!- Chris intentaba razonar con él, pero el hijo de Atenea eran tan terco como su hermana.

-¡Tenemos que sacarla! ¡No sabemos que esta a punto de atacarnos!-.

-¡Malcom escúchame!-.

-¡No! ¡La necesitamos!-. Algunos de sus hermanos se veían inquietos, se debatían entre la lógica de necesitar y salvar a su líder y hermana y la lógica de esperar y afrontar a lo que sea que estuviese por atacarlos. Al ver esto la hija de Ares se acercó hasta abrirse paso hasta él y le propinó un puñetazo con todas sus fuerzas.

-¡BASTA!- El chico escupió sangre pero había dejado de intentar correr al agua- ¡Annabeth puede cuidarse sola! ¡Tenemos...

-¡MIREN! - Todos se giraron para ver como de las extrañas formaciones rocosas parecían abrirse  agujeros por toda su superficie.

Pedazos de roca negra caían sobre las aguas violentas del lago y por un segundo el hijo de Poseidón y la Hija de Atenea quedaron olvidados para todos los que se encontraban en la arena.

  -¡¿QUE DEMONIOS ES ESO?! - De las aberturas se distinguían pequeñas luces ambarinas que parpadeaban sobre la superficie rocosa y oscura.

-Parecen...

-¡Son ojos!-.



....


NOTA: Vuelven las actualizaciones! espero que les guste y comenten!


Percabeth....ya no quiero pelearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora