No era posible.
Ese símbolo grabado en su piel... tenía que ser un error.
-Annabeth- dije tomando su rostro entre mis manos y tratando de mantener la calma- Explícame-.
-Yo... ¿Recuerdas cuando caímos por una grieta al laberinto?-. Asentí mientras recordaba ese evento, la sensación de caer, la oscuridad y ese pequeño momento en el que ella se aferró a mi.
-Después de eso Malcom y Chris... ellos la buscaron después de la batalla con Cronos-.
-Pero...
-Lo sé. Creímos que el laberinto había desaparecido con Dédalo pero... ¿Recuerdas lo que dijo sobre el?-. Sentía el piso bajo nosotros y ella tomó mis manos para que regresara mi atención a ella.
-Que... el laberinto crecía por si mismo pero...
-Seguía siendo parte de él. Cuando encontraron la grieta entendimos que el laberinto seguía existiendo. Y hemos estado explorando lo que quedaba de el-.
-¿Lo que quedaba?
-Si. Chris sabe orientarse después de...lo que le sucedió cuando estuvo aquí-. No podía olvidar eso, el chico se volvió loco por haber bajado.
¿Porque no me lo dijo?
-Continua-. Mi tono era frío y sonaba molesto, pude ver la sorpresa en sus ojos pero no podía evitarlo.
-Hace algunos meses, antes de que pasara toda esa locura de los dardos. Encontramos una habitación con el símbolo de Atenea grabado en la puerta. Solo Malcom y yo pudimos entrar y había una... una especie de ranura. Tenia grabado el símbolo de Dédalo y el de mi madre a cada lado y...- Las paredes se sacudieron y algo de polvo comenzó a caer sobre nosotros.
-Annabeth debemos salir de aquí antes de que esto se derrumbe-. Dije poniéndome de pie y levantándola conmigo.
-No va a derrumbarse nada a menos que yo lo decida-. Dijo cerrando los ojos con fuerza.
-¿Que?-.
-Cuando entramos a esa habitación, Malcom parecía poseído. Comenzó a caminar directo a esa rendija como si algo lo estuviera jalando. No podía detenerlo, no me escuchaba-. Ignoró mi pregunta pero no me importó, tenía que entender lo que estaba pasando y ella por fin me lo estaba diciendo.
-La voz de mi madre sonó en mi cabeza advirtiéndome que lo detuviera. Ella dijo que moriría si no lo hacía. El iba a meter la mano en esa rendija, intenté apartarlo y comenzamos a forcejear y yo... yo tenía mi daga conmigo...- sus manos temblaban entre las mías sin parar mientras cada palabra suya se transformaba en una imagen dentro de mi cabeza, podía verla pelear con su hermano y sacar la daga que él mismo le había obsequiado.
-Lo apuñalé.... en la pierna y... cayó al suelo pero seguían intentado llegar a esa rendija- Recordaba a la perfección haber visto a Malcom con un vendaje en la pierna por unos días pero le dijo a todos que había sido un accidente en una práctica de combate.
Eso fue cuando...
-Sabía que debía evitarlo así que intenté noquearlo pero por ninguno de mis golpes lo afectaban... hice... hice lo único que se me ocurrió-.
-Metiste la mano-. Ella asintió y volvió a mostrarme la marca en su muñeca.
-Era una trampa. La habitación estaba diseñada para hijos de Atenea, sin importar cuantos entraran, todos los que fueran... puros no podrían evitar ser atraídos a poner la mano ahí y morir al hacerlo-.
-¿Y porque tu no?- Abrió la boca para responderme pero la forma en que dijo "puros" llamó mi atención- ¿Que quieres decir con puros?-.
-Es un viejo rencor que le tenía Dédalo a mi madre. Ella es...pura-. Creo que esperaba que con la mirada que me dirigió al decirlo entendiera pero la verdad no lo hice.
-Virgen-. Dijo suspirando y sonrojándose como un tomate.
-Ah- Dije secamente ganándome un puñetazo en el brazo. Sabía que estaba sonriendo como tonto al verla avergonzada pero no podía evitarlo.
-Como sea. Solo un hijo o hija de Atenea impuro podría tomar su lugar como regente del laberinto y eso significaba una burla a mi madre al tener hijos impuros mas...
-Mas los que morirían por intentarlo-.
-Exacto -. Todo seguía sacudiéndose a nuestro alrededor y no sabíamos que estaba pasando en el campamento.
-Pero...
-Percy se que tienes muchas preguntas pero debemos salir de aquí para ayudar a los demás. Te diré todo más tarde-. La miré lleno de duda, solo en este momento habíamos podido hablar y apenas sabía una parte de lo que había pasado.
-Percy- dijo mirándome a los ojos- Lo juro por el Estigio-.
...
Clarisse y su equipo regresaron a la orilla del lago justo a tiempo para ver a Annabeth desaparecer entre las olas.
-¡Kevin, Thomas! ¡Sigan el protocolo!- Sus hermanos obedecieron y comenzaron a llevar a los rezagados hacia los refugios. El resto de la cabaña Ares tomó su posición a los flancos de los campistas que ya estaban en la arena con sus armas listas.
Clarisse y Chris corrieron hacia Malcom que intentaba correr detrás de su hermana pero era retenido por dos campistas de Atenea mayores que el.
-¡Malcom no puedes hacer nada!- Chris intentaba razonar con él, pero el hijo de Atenea eran tan terco como su hermana.
-¡Tenemos que sacarla! ¡No sabemos que esta a punto de atacarnos!-.
-¡Malcom escúchame!-.
-¡No! ¡La necesitamos!-. Algunos de sus hermanos se veían inquietos, se debatían entre la lógica de necesitar y salvar a su líder y hermana y la lógica de esperar y afrontar a lo que sea que estuviese por atacarlos. Al ver esto la hija de Ares se acercó hasta abrirse paso hasta él y le propinó un puñetazo con todas sus fuerzas.
-¡BASTA!- El chico escupió sangre pero había dejado de intentar correr al agua- ¡Annabeth puede cuidarse sola! ¡Tenemos...
-¡MIREN! - Todos se giraron para ver como de las extrañas formaciones rocosas parecían abrirse agujeros por toda su superficie.
Pedazos de roca negra caían sobre las aguas violentas del lago y por un segundo el hijo de Poseidón y la Hija de Atenea quedaron olvidados para todos los que se encontraban en la arena.
-¡¿QUE DEMONIOS ES ESO?! - De las aberturas se distinguían pequeñas luces ambarinas que parpadeaban sobre la superficie rocosa y oscura.
-Parecen...
-¡Son ojos!-.
....
NOTA: Vuelven las actualizaciones! espero que les guste y comenten!
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Percabeth....ya no quiero pelear
RomanceNueva profecía? O nuevos problemas? Secuela de "Percabeth...tal vez no sea suficiente para ella"