Te lo diré todo

480 32 5
                                    


Demonios, y ahora que?

Pensé cuando vi al  dios que la acompañaba. 

Apolo.

-Todos! ¡Bajen sus armas! - al ver que varios dudaban Annabeth enfureció  más, si eso era posible, y gritó.

-AHORA! -

Una a una las armas fueron bajando y después de algunos segundos de necedad, las únicas que permanecieron con sus espadas en alto fueron Reyna y Clarisse, ambas tenían un duelo de miradas, entre ellas y hacia Annabeth, ninguna quería ser la que bajara su espada primero. Me acerqué a ellas cuando mi frustración me venció y puse mis manos sobre las suyas.

-Bájenlas- por suerte para todos me hicieron caso.

-Los que estén heridos permitan que Apolo los sane, los demás salgan de aquí. Hay quienes necesitan calmarse-. 

-Ya escucharon- dije acercándome a Annabeth- los que no estén heridos, afuera-.

Mientras todos se movían me detuve junto a ella y se lanzó a mis brazos, colocó su rostro en mi cuello y me abrazó con fuerza.

-Creí... creí

-Estoy bien, estoy aquí, Percy. Te prometo que no volveremos a separarnos-

-Si vuelves a hacer algo tan estúpido como eso...

-Percy, era necesario-

-No- salté tomando su rostro entre mis manos y mirándola a los ojos- No me importa, vi cómo te atravesaba un rayo, pudimos haber encontrado otra forma de vencerlos pudimos...

-Percy...

-Lamento interrumpir, tórtolos, pero debemos hablar y no sé cuánto tiempo Clarisse y Reyna se contendrán de matarse entre ellas- dijo Travis, señaló hacia la Casa Grande donde había un grupo frente a los escalones de la entrada. Cuando pasamos junto a él le dio un abrazo rápido a Annabeth y murmuró algo que no alcancé a escuchar, pero estoy seguro que fue algo como "déjanos ayudar".

-Hablaremos de esto más tarde- asentí y tomé su mano- Quiero toda la explicación, sin excepciones-.

Caminamos hacia donde nos esperaban y desde la distancia se podía notar que ya estaba discutiendo de nuevo.

- ¿Por qué no? - preguntaba un chico romano, el mismo que había golpeado a uno de los hermanos de Clarisse.

-Por que no! ¿Qué parte de "lugar sagrado y prohibido" no entiendes? -

- ¡No parece gran cosa, es solo una casucha vieja! -

-Para alguien ignorante como tu tal vez! -

-Como te atreves! Mi padre es...

-SILENCIO! - grité frustrado- Acaso no pueden pasar cinco malditos segundos sin que generen una pelea? ¿No lo recuerdan? ¡Nos acaban de atacar! -

-Ellos no van a entrar a la Casa Grande, eso es definitivo- Dijo Chris enfrentándose al chico romano.

-Bien, respetaremos su casita- respondió el chico sin importarle la mirada de advertencia que Reyna le lanzó.

-Podemos hablar en el comedor o en la sala de reuniones del Argo II- intervino Leo.

-Hablemos aquí y dejémonos de tonterías-. Yo estaba harto de todos y quería saber que pasaba con el grupo de Annabeth, de nuevo. Mientras más rápido termináramos con esto mejor.

-De acuerdo- dijo Annabeth subiendo al primer escalón de la entrada- la lista de prioridades es la siguiente: necesitamos saber si el campo de fuerza del que hablan aún está activo y si tiene que ver con la falla en las comunicaciones para...

Percabeth....ya no quiero pelearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora