-¡Son ojos!-.
Todas las cabezas en la orilla del lago giraron las cabezas para encontrarse con Percy y Annabeth, ambos empapados y golpeados corriendo hacia ellos desde alguna parte del bosque.
-¡Annabeth!-. Los campistas de Atenea encabezados por Malcom corrieron a encontrarse con su hermana seguidos por el equipo de Clarisse y los campistas que estaban asignados al lago.
-¿De donde salieron?-. De inmediato sacaron un kit de emergencia de una mochila y Cris comenzó a vendar la herida en la cabeza de Percy.
-¿Que pasó?
-¿Están bien?-. Percy aceptó la ambrosía que le ofreció uno de los hermanos de Annabeth sin decir nada mientras miraba hacia lo que sea que se encontrara en el agua.
-Les diremos después-.Dijo la hija de Atenea cruzando miradas con Clarisse, Malcom y Chris- Necesitamos concentrarnos en lo que sucede ahora-.
-Annabeth tiene razón-
-¿Sabes que son esas cosas?-. Preguntó Clarisse señalando hacia el lago.
-Son cientos de monstruos-.
Las reacciones de los campistas fueron diferentes, los que nunca habían estado en batalla ahogaron gritos y abrieron demasiado los ojos. Los demás guardaron silencio y sujetaron con mas fuerza sus respectivas armas.
-¿Que?-.
-¿Que clase de mosntruos?-Preguntó Chris confundido. No se parecían a ninguna clase de monstruos a los que se hubiesen enfrentado antes.
-Se conocen como Kuros o Curetes pero son....
-Espera, ¿No son los que cuidaron a Zeus cuando nació?-.
-No, los originales fueron destruidos por el rayo de Zeus pero solo eran una parte de ellos. En realidad nacieron como Telquines y algunos de ellos cuidaron de él cuando nació. Después fueron convertidos en piedra como castigo por controlar los elementos y Zeus los destruyó cuando raptaron a su hijo Épafo-.
-¿Entonces como es que están aquí?-. Dijo Percy temiendo que la respuesta fuera una abertura en el Tártaro.
-No los destruyó a todos. Solo convirtió en piedra a los que habitaban la isla de Creta, cuando los que lo traicionaron fueron destruidos los que quedaban intentaron reunirse con los suyos pero fueron exiliados al Mar de los Monstruos por los Telquines-.
-Entonces son...
-Exacto. Son los desplazados que menciona la profecía-.
-¿Como los matamos?- Todas las cabezas giraron hacia Percy y Annabeth esperando un plan o alguna idea, pero cuando Percy también giró hacia ella sus esperanzas bajaron.
-No lo sé-.
.......
Rachel estaba harta del aislamiento en el que se encontraba. Estaba recostada en un diván con la cabeza colgando hacia el piso, ya había explorado cada rincón de su santuario y comenzaba a desesperarse.
En realidad no sabía si había pasado mucho tiempo si consideraba todo lo que había dormido pero necesitaba salir de ahí.
Podía abrir la puerta en cualquier momento y salir de su santuario cuando quisiera, el problema estaba en que una vez cruzada la puerta no tenía idea de a donde ir.
-Esto es un maldito laberinto-. Dijo antes de soltar una carcajada por la referencia que acababa de hacer.
-Nota mental, decirle a Annabeth que haga mapas del Olimpo. Tal vez si los hace de bolsillo sea mas...
-¿Si sabes que la primera señal de la locura es hablar solo?-.
-¿Y tu eres un experto en eso, no Dionisio?-. Intentó levantarse tan rápido al escuchar las voces de los dioses en la puerta que terminó cayendo de cabeza al piso.
-Auch...
-Touché- Respondió el dios mientras la ayudaba a ponerse de pie.
-Díganme que ya puedo regresar al campamento-.
-Rachel tenemos un problema con eso. No vas a volver por ahora-. Apolo tocó su cabeza quitando al instante el dolor por el golpe que acababa de darse.
-¡¿Que?!- Dijo quitando su mano- No es justo.¿Porque siempre me alejan de todo?-.
-Rachel...
-¡No! ¡Esto es basura! Yo debo estar con...
-Con nadie. El oráculo no debe intervenir en una profecía, mucho menos en una pelea-. Apolo sonaba muy serio, pero Rachel era tan terca que no le tomó importancia, ella tenía, debía estar ayudando a sus amigos.
-¿Que es lo que pretendes René? ¿Tomar una espada y luchar?-. Dijo el dios del vino con un tono burlón que la sacó de sus casillas.
-¡SI! claro que haré eso, ademas Annabeth me enseñó a pelear-.
-¿En serio?-.Ambos dioses la miraron con incredulidad, nunca habían visto a un Oráculo intentar formar parte de una batalla. Aunque también estaba el hecho de que este Oráculo en particular había golpeado a Cronos con un cepillo.
-Si, pero me gustan mas los cuchillos-.
-Escucha Rachel, no es que solo tu no puedas volver por ahora. No puedes volver hasta que todo este listo-.
-¿A que te refieres?-
-A que...
-A que nadie puede bajar hasta que no haya opción-.
-¿Y que demonios significa eso?
-Cuida tu tono Rita-.
-Rachel- intervino Apolo antes de que abriera la boca de nuevo- Todos los dioses bajaremos a ayudar a los chicos pero... hasta que ellos ya no puedan mas-.
-Los abandonarán de nuevo-.
-No, es su lucha pero no los dejaremos solos. Nosotros...
-¿Ayudarán a los que queden en pie?-. Su tono fue tan duro que hizo que ambos dioses desviaran la mirada.
-Fue lo acordado-. Dijo Dionisio dando media vuelta y saliendo de la habitación.
-A nadie le gusta dejar a sus hijos así Rachel-.
-¿No es lo que hicieron por años?-.
-Te daré noticias en cuanto sepa algo-. Apolo se dirigió hacia la salida con una última mirada fría de la pelirroja.
-Espera-.
-¿Que sucede?-.
-Quiero una audiencia con los dioses-.
NOTA: Lamento haber tardado tanto pero espero que les guste.
PD: lean mis otras historias!
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Percabeth....ya no quiero pelear
RomanceNueva profecía? O nuevos problemas? Secuela de "Percabeth...tal vez no sea suficiente para ella"