ICE PRINCE [ENHYPEN - Sunghoon - FANFIC]

Capítulo 2

Un campo verde se abría paso ante mis ojos. Estaba tendida sobre el césped, tapizado con nomeolvides y hortensias azules. En la mano, sostenía un ramillete, pero estas rosas y rojas.

Su fragancia me envolvía.

Sentía como si acabara de despertar de un sueño de décadas. Los párpados me pesaban y no podía enfocar lo que veía. Lo único que logré distinguir fue el sol radiante sobre un cielo azul con escasas nubes y, más allá de donde yo me encontraba, una chica de cabello castaño vestida de verde y amarillo que me veía con esperanza en sus ojos.

No entendía por qué.

Entonces, como si me hubieran sedado en ese mismo momento, mis ojos se fueron cerrando y no pude percibir más.

—Ji-won-ah—escuché—. ¡Ji-won-ah! —dijo la persona con más intensidad, gritando.

Un segundo, esa es la voz de Hana...

Me reincorporé de un tirón e hice un esfuerzo por parecer despierta.

—Te quedaste dormida en tu escritorio. La clase terminó hace casi media hora.

Arrugué la nariz.

¿Tanto tiempo me había quedado dormida?

Ayer me había quedado hasta tarde estudiando para la prueba de matemática. Espero que haya válido la pena.

—Pero si terminó hace media hora, ¿por qué me despiertas hasta ahora?—pregunté y me restregué los ojos.

—Fui a la cafetería por esto—dijo y me lanzó una lata fría de café latte —Había una fila enorme.

—Aw no por nada eres mi mejor amiga —respondí conmovida.

Entornó los ojos pero sonrió.

—Entonces, ¿hoy si tienes tiempo?

Lo dude unos segundos. Quería seguir dibujando, pero también quería pasar tiempo con ella. Hacía días que no nos juntábamos. Ni para ir a la biblioteca, o al arcade, al cine, ni si quiera a su casa para hacer tareas y de paso hacer maratón de dramas y anime.

Bueno, podría simplemente llevarme lo que había dibujado a casa, colorearlo y al día siguiente regresarlo a mi casillero.

—Yo iré por los boletos y tú por las palomitas de maíz.

Asentí y me dirigí a la barra.

—Dos botes medianos de palomitas de maíz mixtos por favor.

—Enseguida —respondió la trabajadora luego de cobrar.

Mientras me despachaba la comida di un vistazo alrededor. Niños emocionados queriendo entrar de inmediato, personas llorando probablemente saliendo de una película triste, otros emocionados de seguramente alguna película de acción. Y yo no veía alguna diferencia entre todos ellos. Los chicos también podían ser sentimentales, no tenía nada de malo expresar sus emociones, de igual manera que a las chicas también podían gustarle las peliculas de acción como a Hana y a mi. Pero durante generaciones se habían empeñado en imponernos estereotipos que debíamos seguir y si te inclinabas tan solo un poco de aquel modelo te volvías alguien anormal. ¿Por qué la gente no podía simplemente ser y dejar a otros ser?

De repente, un cabello largo, marrón y espeso se cruzó en mi vista.

Estaba segura de haber visto a esa chica antes, pero no sabía en dónde. Llevaba un vestido vaporoso verde lima que le llegaba hasta las rodilla.

Bueno, quizá fuera alguna compañera de clase de años pasados.

—Sus palomitas.

—Gracias—dije tomando la bandeja.