Capítulo 41

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Uno, dos, tres.

Uno, dos, tres.

Escuchaba el sonido constante de las gotas caer en un charco. Podía sentir el olor a óxido adentrarse en mi nariz y el frío se colaba por mis huesos.

Estaba dentro de un contenedor con agua helada, si es que a esto se le puede llamar simplemente helado. Si el agua estuviera un poco más fría ya sería un cubo de hielo.

Aunque esto no lo sabía por haberlo visto.

Aún no podía abrir mis ojos pero el resto de mis sentidos estaba alerta.

Estaba temblando aunque ya no sabía si era de la baja temperatura o del miedo.

¿Dónde estaba?

Intenté moverme y me di cuenta que mis muñecas estaban atadas, al igual que mis piernas. Además de que estaba amordazada.

Lentamente mi cuerpo recobraba el movimiento al igual que yo la conciencia.

Los últimos recuerdos pasaron frente a mis ojos como una ráfaga.

Recuerdo ver a Heeseung caminando hacia mí con preocupación y haciendo muecas y señas extrañas.

Me estaba advirtiendo.

Fui demasiado lenta par a captarlo.

Pero, ¿qué sucedió con él? ¿Dónde estaba? ¿Y qué pasó con Sunoo?

Debe estar muy preocupado justo ahora al no encontrarme. Heeseung probablemente también.

Y estoy segura de saber cuál es la razón por la que no corrió tras de mí. Si lo hacía y descubrían su identidad no sólo me atraparían a mí, sino a él también y entonces no habría forma de que ambos saliéramos de allí.

Era mejor que hubiera dos fuera y uno encerrado que dar pelea para que al final dos o quizá incluso los tres terminaramos en el calabozo. Al menos así había más probabilidad de que todos saliéramos de aquí a salvo.

Confiaba en ellos. Estaba segura de que encontrarían la forma de sacarme de aquí.

Pero mientras tanto, no se cuánto tiempo más podré soportar esta temperatura.

Si para alguien normal es peligroso que se sumerja en agua fría debe serlo aún más para alguien que está acostumbrada al calor, alguien que posee poderes de fuego.

Esto no sería mortal para mí, ¿cierto?

A penas podía sentir las puntas de mis dedos.

A este paso, dentro de poco perdería por completo la sensibilidad en la mano y eso no era nada bueno.

Recordé lo que le ha sucedido a algunos alpinistas al estar expuestos por tiempo prolongado temperaturas tan bajas y comencé a desesperarme y preocuparme.

Abrí poco a poco los ojos hasta que por fin pude ver lo que había a mi alrededor.

Efectivamente estaba en un mugriento y oscuro calabozo. A penas entraba luz por la rendija que quedaba entre la puerta y el suelo.

Ya ni siquiera me preguntaba cómo me había metido en este lío porque yo misma me lo había buscado. Aún luego de que el chico me insistiera de que era una mala idea decidí entrar en la cueva del lobo.

Nadie me había obligado, yo había caminado hasta acá con mis dos pies. No podía ser culpa de nadie más que mía. Pero ya no hay tiempo para lamentarse.

Debo hallar la forma de salir de aquí.

Observé mi cuerpo sumergido, pálido y rígido. Lo único que quedaba fuera del contenedor, que en realidad resulta que era una tina, era mi torso y cabeza.

ICE PRINCE [ENHYPEN - Sunghoon - FANFIC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora