ICE PRINCE [ENHYPEN - Sunghoon - FANFIC]

Capítulo 13

Mantén la calma.

Solo es una criatura mitológica que minutos antes creías inexistente.

¿Que hago? ¿Me quedo quieta? ¿Me hago la muerta? ¿Salgo corriendo?

Por cultura general he leído un par de libros de supervivencia, pero en esta situación ese conocimiento me es inservible. No es como que los libros tengan un capítulo de "¿Cómo sobrevivir a un encuentro con un grifo?".

Trago saliva con fuerza.

Estaba por mi cuenta y tendría que poder apañármelas sola.

Retrocedí lentamente sin quitar la mirada del animal. Tenía la sensación de que si me descuidaba por unos segundos, me tomaría por sorpresa y adiós mundo cruel.

Era justo como lo describían en los escritos literarios de fantasía y, posteriormente, en Internet. Aunque algunos nadie tenía la certeza de sí las cuatro extremidades eran de un león, de un águila o una combinación de ambas. Ahora podía afirmar que era la última opción, las patas delanteras eran de águila y las traseras de un león. Pero de todas formas, de nada me serviría saberlo si ya no vivía para contarlo.

Podía percibir que en su mirada había furia, tristeza, y frustración. ¿Los animales también sentían emociones? O más bien, los grifos.

¿Acaso esta criatura tendría uso del raciocinio al igual que nosotros los seres humanos?

Pero no sólo era eso, el iris de sus ojos parecía estar rodeado de un brillo azul. ¿Así serían los ojos de los grifos?

Por su nariz exhalaba con fuerza y, como la temperatura había disminuido a causa de la lluvia, podía ver el vaho.

—¡Hey! ¡Sal de ahí rápido! —gritó alguien a la distancia. Era una voz desconocida.

No quería voltear a ver, pero mi curiosidad podía más. Era un chico, que observaba preocupado la situación.

Bien, si él me dijo que saliera de aquí quiere decir que debo salir corriendo, justo como si estuviera huyendo de un cocodrilo.

Corrí lo más lejos que pude hasta que me di cuenta de algo. El grito del chico no sólo había captado mi atención sino la del grifo también y ahora este se acercaba a paso rápido hacia él.

En un intento de retroceder y huir tropezó con una piedra y cayó de sentón.

Por más tonto que fuera intervenir no podía simplemente quedarme de brazos cruzados. El chico había puesto su vida en peligro por ayudarme a escapar.

Corrí, está vez hacia donde se encontraban él y el animal a tan solo unos pocos metros de separación.

Había logrado ponerse de pie, pero supongo que pensaba que había sido en vano, porque la criatura ya le había dado alcance.

El grifo se paro en sus patas traseras y extendió las delanteras, dispuesto a llevarse al pobre chico hasta quien sabe que altura y... Bueno, ya saben como atacan las águilas.

Todo pasó en cuestión de segundos.

Él estaba paralizado, tan aterrado que ni si quera vio que iba corriendo hacia él.

Mientras corría intenté expulsar fuego de mis manos, para ahuyentar a la criatura, pero no pude, así que tuve que recurrir al plan B. No había tiempo para ponerme a practicar.

Di un salto, me abalancé sobre el chico y ambos caímos sobre la grama húmeda, evitando que el animal pudiera atraparlo, pero en su lugar, una de sus garras me rasguñó el brazo, haciendo jirones la manga derecha de mi vestido. Pero eso no era importante ahora.