Narrador omnisciente
Los dos pequeños correteaban por el castillo. Jugaban y reían mientras sus padres los observaban con ternura pensando en cuán rápido habían crecido.
—Niños, no corran. Se pueden lastimar—regañaba su madre a cada instante.
—Solo están jugando, cielo—los defendía su padre.
El heredero al trono siguió persiguiendo a su hermana pensando que eso era todo lo que necesitaba.
A su familia.
No le molestaba para nada cada vez que su madre los regañaba por hacer alguna travesura, porque sabía que lo hacía porque se preocupaba por ellos. Estaba acostumbrado a salir a cabalgar con su padre cada vez que tenía tiempo libre y no estaba planeando acuerdos con reinos vecinos o mejoras para el distrito. Y le encantaba jugar con su hermana, a las escondidas, a los guerreros a cualquier cosa que se les ocurriera.
Nunca pensó que aquella cotidianidad tendría un final.
Desde uno de los pasillos los observaba el hermano menor del rey. El pequeño se percató de la presencia de su tío y caminó hacia él pensando que tal vez querría jugar con ellos. Pero sus pies se quedaron firmes en su lugar cuando se dio cuenta de que no los observaba a ellos, sino a sus padres. Pero no de una forma nostálgica o cariñosa, sino por el contrario, parecía que los veía con odio o resentimiento. Se cuestionó si estarían bien las cosas con su tío. No entendía por qué los observaba de aquella manera y escalofríos recorrieron su espalda.
—Oppa, me tienes que perseguir, ¿por qué estas ahí parado? —le reclamó su hermana—¿Qué estas viendo?
No sabía que podía estar pensando su tío, pero no quería preocupar a su hermana, así que regresó a jugar con ella. Pero desde aquella vez, no podía evitar sentir que algo andaba mal, por lo que comenzó a fijarse más en él . Se daba cuenta de las miradas furtivas que le daba a sus padres luego de las reuniones familiares, de las juntas de distrito, en cada oportunidad que tenía. Frente a ellos disimulaba a la perfección que todo estaba bien, pero el príncipe notaba ese comportamiento extraño que antes no había visto. No es que quisiera pensar mal de él, simplemente su actitud le hacía sospechar.
Pero ¿qué podría haber ocurrido entre el y sus padres para que los viera de aquella manera?
Ellos no parecían tener ningún problema con él.
—¡Tío Jeong-In! —gritaba su hermana y corría a saludarlo cada vez que los visitaba.
—¿Dónde está mi sobrina favorita? —respondía él.
No era que el príncipe estuviera celoso de su hermana por ser la preferida de su tío, sino que no le agradaba la idea de que ella pasara tanto tiempo con él, no le daba buen augurio. Frente a él debía sonreír y pretender que no sabía nada, que no se había dado cuenta de sus verdaderas intenciones o pensamientos.
Aunque de alguna forma sintiera que estaba actuando falsamente, no podía simplemente encararlo y preguntarle directamente por qué parecía que odiara a sus padres. Especialmente porque no tenía ninguna prueba para demostrarlo, era nada más lo que él observaba, puede que únicamente fueran suposiciones suyas y si lo acusaba sin fundamentos sólidos y no era verdad únicamente lastimara sus sentimientos.
Pero no podía evitar sentir cierto desprecio. ¿De verdad staría fingiendo su tío?
La culminación de todas sus sospechas ocurrió cuando lo escuchó hablar con un soldado.
—Estoy harto de que mi hermano no me escuche. Le propongo un plan para ampliar su territorio pero no me hace caso. ¿Por qué tiene que ser tan blando? Siempre ha sido así. El distrito de la naturaleza necesita de alguien que sepa cómo gobernarlo, que tenga el poder y el control sobre el pueblo. Alguien como yo. No él.
Por sus palabras parecía que codiciaba el puesto de rey, que envidiaba a su padre por ser mayor y tener el derecho al trono.
El chico tuvo que hacer acopio de toda su energía para poder fingir que todo estaba bien frente a él cada vez que los vistaba, porque sabía que, detrás de esa sonrisa falsa se escondía un lobo astuto y furioso.
Nunca se lo dijo a nadie, porque pensaba que no iban a creer sus palabras pero eso lo lamentó fuertemente cuando supo lo que había sucedido con sus padres.
Había escuchado a su tío hablar con algunos de los tripulantes que irían en el mismo barco que sus padres y la conversación no parecía ser para desearles buena suerte. De hecho, por la forma en que hablaba, aunque no pudo escuchar mucho, parecía que en realidad no quería que ellos regresaran.
El chico se preocupó y les advirtió a sus padres, les dijo que no fueran, que era peligroso. Lo que había escuchado lo había dejado inquieto, pero sus padres insistieron en que era su deber realizar ese viaje para firmar acuerdos con otro distrito.
Cuál fue su frustración, impotencia y desesperación al saber de que sus padres habían muerto a causa de un supuesto ataque al barco.
Únicamente informaron que ladrones habían tomado el control de la embarcación y que solo un par de personas habían sobrevivido por haber escapado en botes salvavidas. Pero él tenía la corazonada de que las cosas no habían pasado de esa manera sino que su tío había sobornado a esos tripulantes para que se deshicieran de sus padres, así ya no tendría ningún obstáculo para ser rey.
Deseó ser capaz de regresar en el tiempo y decirles lo que había escuchado, que desde hace mucho sospechaba de su tío y que debían de hacer algo al respecto. Pero se dio cuenta que ya no valía la pena lamentar algo que ya no se podía enmendar.
A partir de ese momento, decidió que sin importar qué, vengaría la muerte de sus padres y que por nada del mundo permitiría que un codicioso, desleal y doble cara como su tío ascendiera al trono.
Huyó, dejando atrás a su adorada hermana, confiando en que el personal del palacio cuidaría de ella y en que su tío no le haría ningún daño a ella, por no suponer una amenaza a su objetivo.
Siendo consciente de su naturaleza, sabía a la perfección en donde pertenecía.
El castillo del Distrito de hielo.
No era la primera vez que entraba. Su padre lo había llevado ahí con anterioridad, al haber descubierto sus poderes, pero en ese entonces, tuvieron que ir escondidos de la vista del público. Si se enteraban que él era un elemental de hielo, lo matarían. Pero ahora no pretendía esconder más sus poderes.
Mientras llegaba la coronación de su tío, que sabía que tarde o temprano llegaría ese día, practicó hasta el cansancio, al punto de quedar casi inconsciente. Perfeccionó el uso de sus poderes para poder enfrentarlo y hacer justicia por sus padres.
Faltaba poco para dicho día. Pero sucesos imprevistos le hacían dudar de sí sobreviviría hasta entonces. Debía asegurarse de lograrlo. Por lo tanto debía tomar medidas que garantizarán su éxito.
Situaciones desesperadas, requieren medidas desesperadas.
Pretendía usar aquel As bajo la manga, esa repentina carta que apareció de la nada, poniendo en peligro sus planes.
ESTÁS LEYENDO
ICE PRINCE [ENHYPEN - Sunghoon - FANFIC]
FanficHabía una vez un príncipe encerrado en una castillo de hielo, que necesitaba ser salvado, de lo contrario, la hipotermia de soledad acabaría con él. Pero de lo que no se había percatado, era que él mismo se había encerrado allí. La llave se había pe...