ICE PRINCE [ENHYPEN - Sunghoon - FANFIC]

Capítulo 34

—El punto que deben vigilar ustedes es allá—indicó Heeseung a un grupo de guardias.

Varios de ellos le habían comunicado sus planes al príncipe, pero al final él terminó escogiendo el de los chicos.

Aún quedaba tiempo antes de que los invitados llegaran así que decidí ir a ver cómo iban.

—Es complicado, ¿cierto? —comenté.

—Coordinar a tantas personas en un castillo enorme es agotador y eso que no lo estoy haciendo solo.

Recordaba haber visto a Jay en la entrada y a Jungwon en el salón general.

—Aún así todo parece estar en orden.

—Sí, ya solo nos falta designar a un grupo de guardias para que vigile la terraza, que es el lugar clave.

La idea consistía en atraer a los rebeldes a un espacio cerrado, para que no tuvieran escapatoria, rodearlos al llegar a allí y arrestarlos. Luego los cuestionaríamos hasta obtener la información que necesitábamos.

Es decir, averiguar quién estaba detrás de todo esto y el por qué. Aunque algo en mi interior ya sabía la respuesta, pero necesitábamos confirmarlo, porque con tanta gente en contra de nosotros no podíamos generalizar.

—¡Onnie! —gritó emocionada una chica al final del pasillo.

—¡Yeji-yah! —respondí.

—Sentía que no te veía hacía años. Ya te extrañaba—hizo un puchero.

Era tan simpática y adorable que me daban ganas de apretujarla en un abrazo. Se había vuelto como una hermana pequeña para mí.

—También me hacías falta—comenté mientras la abrazaba.

—¿Y mi hermano? —preguntó cuando se separó.

—Debe estar revisando aún algunos preparativos—respondí.

Podía notar cuan ansiosa estaba de poder volver a verlo.

—Está bien, igual lo veré más tarde—respondió un poco desanimada, antes de cambiar de tema y emocionarse de nuevo—. ¿Y cuál es tu vestido? ¿Puedo verlo?

Ah, es cierto, le había dicho que ya sabía qué iba a ponerme, que cuando se lo dije era una mentira, pero ahora que ya lo tenía podía mostrárselo.

—¡Es hermoso! —exclamó—. ¿Dónde lo conseguiste? No he visto uno igual en ningún lado. Y eso que a mi me encanta la moda y estar al tanto de cada nuevo diseño.

—Fue confeccionado para mí, debe ser por eso—comenté.

—¿Especialmente para ti? Vaya, pues veo que conseguiste a una costurera excelente.

Ella decía que le gustaba mucho mi vestido pero en realidad el de ella era también bello. Por todas partes se podía notar que era el vestido de la princesa de la naturaleza. Era sin mangas, de tul, verde con blanco y tenía detalles de hojas y flores. Para terminar de completar el atuendo llevaba una de capa hecha de otra tela que le dejaba al descubierto los hombros pero le cubría la espalda y parte de los brazos. Ésta se unía en el cuello, formando una especie de collar hecho de hojas bordadas. También tenía una corona dorada con forma de hojas unidas, adornada con hortensias rosadas reales y en los brazos brazaletes que parecían enredaderas.

No había duda de que ella era de la realeza.

—Yo también quiero uno así. Debes pasarme el contacto de esa costurera ¿eh?

—Claro—respondí.

—¿Y bien? ¿Por qué no te lo has puesto aún? Es cierto que aún no han llegado los invitados pero no querrás esperar hasta el último momento para hacerlo.