•El comienzo •

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Es un día normal, me levante temprano para ir a trabajar en la cafetería, una de las mejores de todo Japón. Normalmente vienen héroes a tomarse un café y pasar el rato, gano buen dinero gracias a las propinas, el ambiente es bastante bueno, por esa razón disfruto de este.

Me levantó y voy a ducharme, preparo mi café como todas la mañanas y lo acompaño con un pan con queso, terminó mi rutina como de costumbre, me dirijo hacia el trabajo. En el camino, mientras miraba mi celular vi una publicación de un viejo conocido con su alma gemela y demás personas, no puede evitar deprimirme por el hecho de que no soy una persona muy sociable y mucho menos he encontrado a ESA persona, mi mundo sigue siendo a blanco y negro.

Es un mundo bastante extraño, las personas no logran ver colores hasta encontrar su alma gemela, no se sabe la razón de esto fenómeno y aunque han hecho un montón de estudios al respecto ni aquellas personas mas inteligentes conocen el por qué, simplemente es así.

Todo ser humano nace y vive viendo a blanco y negro hasta toparse con aquella persona que es la destinada, hasta ahora no se sabe si es posible ver colores con alguien con quien no los viste en un inicio, por decirlo de otra manera, forzarte o forzar a ver colores.

Me sentí perdida en mis propios pensamientos y sin darme cuenta iba tarde, así que me apresure lo que mas pude para llegar a tiempo, jamás en mi vida me permitiría tener una falta por impuntual. Al llegar me tope con Azumi quien me saludo de manera amable.

-Buenos días ¿Venias corriendo? Estas agitada/o.

-Sí, por unos segundos se me hizo tarde- respondí con esfuerzo y con la respiración alterada-. Sabes que soy una persona muy puntual, no quiero pasar pena en un trabajo solo por llegar tarde.

-Y aunque así lo hicieras te cubriría la espalada.

marque mi hora de llegada y me dirigí a ponerme mi uniforme. Me dispuse a ayudar con los oficios restantes para abrir, como limpiar las mesas, organizar la vitrina y terminar de trapear, después de eso Azumi y yo seguimos con nuestro día de trabajo como de costumbre, siempre hay un gran flujo de gente, es normal, sin embargo, solo somo dos para atender.

El día transcurrió, atendiendo por aquí, entregando por allá, empezó a oscurecer trayendo así la hora de cerrar. Mientras Azumi y yo terminábamos de recoger los platos restantes de las mesas vacías llego un ultimo cliente corriendo, estuve a punto de decirle que ya no había servicio pero cuando lo mire a los ojos sentí miedo y decidí ignorarlo, creo que mi compañera sintió lo mismo porque no dijo nada y solo me miró con un poco de pánico, el hombre se sentó y seguimos con lo que estábamos haciendo.

-Ve a atenderlo tú- dijo Azumi, con una mirada seria y firme.

-¿Qué? ¿Por qué no vas y lo haces tú?

-Me da miedo.

-Hagamos piedra, papel o tijera- después de jugar tres veces seguidas de me di victoriosa-. ¡GANE!- grité en bajo, Azumi me miro con cara de puchero, la ignore. Empecé a lavar los platos mientras ella se acercaba con miedo a tal hombre para atenderlo, un par de minutos después me voltee en busca de mi amiga con el propósito de preguntarle que había pedio aquel muchacho, grande fue mi sorpresa al ver que ninguno de los dos estaba, mire a todas partes del lugar con desesperación para solo toparme con humo saliendo del cuarto de empleados, no entendía lo que sucedía.

-Tienes que cooperar si quieres que tú y tu amiga salgan con vida- dijo una voz ronca detrás de mi mientras me tapada la boca, no me podía mover ni defender, ya que, no contaba con una habilidad.

ᴜɴ ᴍᴜɴᴅᴏ ᴅᴇ ᴄᴏʟᴏʀᴇs [Tamaki y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora