•Conociéndote•

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Después de intercambiar números no tuvimos tiempo de hablar mucho ya que entró una enfermera a hacerme una revisión rápida. Observo mis heridas y que tan atenta/o estaba.

-Parece que todo está bien, la herida de tu cabeza está en buen estado pero debes tener cuidado de no hacer mucho esfuerzo y limpiarla constantemente.

-Muchas gracias, tendré eso en cuenta. ¿Ya me puedo ir? - La enfermera soltó una suave risa.-Por supuesto, déjame retirarte las intravenosas y podrás irte de aquí en cuanto firmes unos papeles y nos des algunos datos tuyos.

Asentí mientras observaba a la enfermera retirarme el catéter de mi mano y unos cuantos mas de el resto de mis brazos. En todo esto Tamaki no dijo nada.

-Bien. Termine, tu ropa está en el baño, por favor ten cuidado cuando camines, tu tobillo puede estar un poco débil.- Y tras decir esto la enfermera se retiró.

Me levanté para cambiarme e irme de allí, no soy fan de los hospitales. Me dirigí al baño con la atenta mirada de Tamaki sobre mi. Mientras me cambiaba no podía evitar pensar que toda esta situación era irreal, ¿Cómo era posible que me encontrara de esta forma a mi destinado? Me lo imaginaba distinto, pero no me quejo, Ése ve como un chico dulce y amable, y creo que es lo único que debería preocuparme, no la forma en la que nos hayamos conocido, así hubiera sido un tanto curiosa. 

Ya vestida/o salí del baño y Tamaki seguía parado donde había estado todo este tiempo, seguramente estaba nervioso, pues jugaba con sus dedos y parecía perdido en sus pensamientos.

-¿Nos vamos?- Al decir esto se sobresaltó un poco pero enseguida me dio una débil sonrisa y asintió. En el momento que salimos de la habitación Azumi se abalanzó sobre mí dándome un fuerte abrazo.

-¿Mi pobre cosita está bien? Debes seguir muy alterada/o por lo ocurrido.

-Estoy bien Azumi, pero suéltame, me asfixias.- Cuando dije esto ella se apartó fingiendo indignación.

-Claro, ahora que encontraste a tu destinado no quieres mi cariño.- Me dijo con una sonrisa burlona, sentí como se calentaban un poco mis mejillas, y de reojo logre ver como Tamaki se sonrojaba un poco.

-Cállate, de todas formas, ¿Por qué sigues aquí? ¿No deberías haberte ido ya a tu casa?.

-Sip, solo me quede para decirte que el jefe va a pagar la cuenta del hospital, así que no te tienes que preocuparte por eso. Bueno, me voy.- Dijo Azumi mientras agitaba su mano para despedirse e irse de allí, ni siquiera me dejó despedirme de ella. Me giré a ver a Tamaki y este tenía una ligera sonrisa en su rostro.

-Veo que se llevan bastante bien.

-Si, la verdad le tengo mucho aprecio, así haya veces en las que sea una completa molestia.- Dije mientras revisaba mi celular, ya era pasado el mediodía, tal vez no sería mala idea invitarlo a almorzar.

-¿Quieres comer algo? Ya es tarde y debes tener hambre.

-Me encantaría.- Una vez dijo esto comencé a caminar a la recepción del hospital para firmar las cosas y poder irnos.

-Genial, ¿Qué te apetece comer? Por aquí hay buenos restaurantes.

-Antes vi un restaurante de udon que se veía agradable, podríamos ir allí.- Su tono era algo tímido, pero lo suficientemente fuerte para escucharlo por encima de todo el ruido que había en el hospital, tenía una voz muy bonita. Asentí en su dirección antes de hablarle a la recepcionista y firmar algunos papeles.

Salimos del hospital mientras charlábamos de cosas triviales. Descubrí que tiene 18 años y que el cuatro de marzo cumple diecinueve, al menos no hay mucha diferencia de edad entre nosotros, yo estoy a unos días de cumplir los veinte, hubiera sido un problema que la diferencia fuera mayor. Llegamos al restaurante y cada uno pidió su comida, mientras esperábamos esta hablamos un poco más, una vez llegó comenzamos a comer en un silencio muy cómodo. Hasta ahora mi impresión de Tamaki era muy buena, a pesar de ser un chico bastante tímido, se esforzaba por que tuviéramos una charla amena y no le ganaran sus nervios. Me parecía muy tierno, sin darme cuenta lo estaba mirando muy fijamente.

-¿Tengo algo en la cara?- Hice un sonido de confusión para proceder a hacer un gesto con la cabeza negando lo que él decía. Se sonrojo y soltó una risa nerviosa.

-Es que... te quedaste mirándome muy fijamente y pensé que era eso, perdón.- Sentí como se me calentaba un poco la cara.

-Discúlpame, no fue mi intención, no me di cuenta que estaba haciendo eso, no quería incomodarte...- Y seguí diciendo cosas sin sentido hasta que lo escuche reír un poco. Seguía algo rojo, pero no tanto como antes.

-No te preocupes, no me incomodaste, solo me tomó desprevenido.

Después de eso nuestro almuerzo fue bastante tranquilo, no hablamos mucho ya que estábamos concentrados en nuestra comida. Una vez terminamos me dirigí a pagar y aunque él insistió en pagar, me negué y terminé pagando yo.

-¿Dónde vives?- Me miró un poco nervioso, supongo que estaba esperando mi reacción a la pregunta y asegurarse de que no me estaba incomodando. Le mostré una amplia sonrisa antes de responder.

-Vivo cerca de la estación de tren Eki.- Puso una expresión sorprendida.

-¿Enserio? Yo también vivó cerca de allí.

Me reí un poco, ¿Cómo era posible que aun viviendo tan cerca el uno del otro nunca nos hayamos encontrado?

-Bueno, vámonos, estoy algo cansada/o.- Me acerqué a la carretera y paré un taxi para que nos llevara a la estación. Esta vez Tamaki pagó, diciendo que no era justo que yo pagara todo, yo no estaba de acuerdo, sin embargo, logro hacerlo antes de que yo pudiera decir algo así que solo lo acepte. También me acompañó hasta mi casa, le dije que no era necesario, pero hizo caso omiso y solo dijo que tenía que asegurarse que llegara bien a mi casa.

-Bueno, llegamos, muchas gracias por acompañarme y por haberme salvado.

-No me tienes que agradecer nada.- Me dio una corta pero hermosa y amplia sonrisa que fue imposible que no se me contagiara. Todo se sentía tan natural y cómodo, se que seguramente se debe a que somos destinados, pero es algo nuevo para mi, algo prácticamente irreal, no pensé que encontrar a mi destinado podría sentirse de esta forma, pero me estaba encantando.

-Nos vemos después, te escribiré estos días.- Dije despidiéndome con la mano, él me devolvió el gesto con esa misma sonrisa. Dios, esa sonrisa va a convertirse rápidamente en una de mis cosas favoritas.

ᴜɴ ᴍᴜɴᴅᴏ ᴅᴇ ᴄᴏʟᴏʀᴇs [Tamaki y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora