❣️ Veinte ❣️ Vértigo.

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Agradeces al cielo ser amante eterna de los suéteres ligeros, y de paso, agradeces que la estatura de Chanyeol sobresalga más de veinte centímetros de la tuya. Son las cuatro de la tarde y el sol se siente abrasador, pero no te puede importar menos mientras haces fila a la montaña rusa por tercera vez. Simplemente pensar en las dos caídas, sus vueltas intrincadas a alta velocidad y el giro completo que da antes de terminar su recorrido, te llena de una emoción inexplicable que se apodera de ti por completo y te obliga a dar pequeños saltitos en tu lugar mientras esperas en la fila.

Los gritos te hacen mirar hacia arriba de nuevo, escuchas a Chanyeol decirte algo pero no logras entender y no te preocupas por hacerlo.

La montaña rusa no es el único juego al que has subido, por supuesto, pero está entre tus favoritos junto al gyro drop. Definitivamente tienen que volverse a subir al gyro drop...

---¡Tenemos que volver a subirnos al gyro drop! ---le dices a Chanyeol, lo tomas del brazo para asegurarte de que te ha escuchado y notas que te observa con una sonrisa vacilante en su rostro ---¡Vamos, la fila avanza! ---una vez más, ignoras lo que trata de decirte.

No es que quieras ser grosera con él, simplemente te sientes distraída, fuera de la realidad. La adrenalina que sientes agolparse en tu estómago, hace que olvides que hay algo que tienes que preguntarle al chico a tu lado.

Suben al carro una vez más, el joven que da las instrucciones de seguridad se ríe un poco al verte de nuevo y te desea un buen viaje.

---¡Gordis! ---por fin entiendes lo que Chanyeol dice, está sujetando tu mano izquierda con fuerza, y no sabes en qué momento pasó, pero no sonríe más---. ¿Estás bien? ¿No estás cansada?, ¿mareada?, ¿algo? Llevamos dos horas subiendo a juegos sin parar, ¿no tenías resaca?

---No, no, no. Estoy bien, ¡muy bien! Me estoy divirtiendo mucho ---una risa suave explota desde tu pecho, esperas que él ría también pero parece no estar más en la misma sintonía que tú---. ¿Tú te sientes bien?

---Pues a decir verdad estoy un poco-

El sonido mecánico atrae toda tu atención una vez más, Chanyeol se ha quedado con sus palabras de nuevo.

Es una sensación extraña, aunque no en el mal sentido de la palabra. Es una mezcla de miedo y emoción, que sube y baja por tu garganta mientras sientes el viento colándose por tu cabello. No cierras los ojos, al contrario, los mantienes lo más abiertos posible para poder ver parte de la ciudad desde ahí arriba. Eres un ave... O una nube, flotando sobre un pedazo de Seúl, burlándote de las diminutas personas que llevan una vida ajetreada allá abajo.

El suspenso se siente en tus extremidades y en los murmullos de las personas detrás de ti. El traqueteo mecánico vuelve a sonar luego de unos segundos, estás tú sola allá arriba, pero aún así, sientes el agarre fuerte de Chanyeol en tu mano izquierda, como desde la primera vez que estuviste ahí. No sabes si trata de darte aliento, de transmitirte la valentía que no crees necesitar en ese momento, o si se aferra porque tiene miedo, pero le devuelves el gesto, sea lo que eso signifique.

La parte más divertida es cuando caes, un nudo se atora en tu garganta y sabes que la única manera de deshacerlo es gritando. Gritas con todas tus fuerzas hasta que tu voz se funde con la de las demás voces, incluida la de Chanyeol. Entonces se borra todo por un momento: tu nombre, tu cuerpo, tus pensamientos. Dejas de ser tú físicamente y de nube pasas a ser lluvia que casi toca el suelo pero se detiene unos centímetros antes de chocar y romperse.

El recorrido termina con otra risa esporádica y alegre, y aunque regresas a la tierra te sientes liberada. Ni siquiera haces caso de lo que tu cuerpo te advierte entonces, necesitas sentir aquello de nuevo.

Love Shot. Host Club. [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora