La traición duele, pero una mentira es mas dolorosa si proviene de los labios de la persona a quien mas quieres..
ALEK
Dos noches atrás...
Akin me mira como si hubiese enloquecido.
— ¿Qué piensas hacer, qué? — pregunta.
— Pienso decirle toda la verdad Matilde —respondo caminando de un lado a otro—. No merece más mentiras, no merece sufrir más de lo que ya le han hecho.
— Ya veo la razón... —esboza una media sonrisa.
— ¿Qué te causa gracia del asunto?
— Te has encaprichado por esa mujer, tanto que ahora buscas decirle la verdad para no verte como un monstruo.
— No me he encaprichado con nadie — gruño molesto. Akin era el que mejor me conocía, pero ahora estaba errado en sus pensamientos, lo que sentía por Matilde era gratitud—. Lo que Matilde ha logrado en mi es diferente.
— Se le llama "amor" Alek, te estás negando a lo que sientes por ella. Amas a esa mujer.
— Matilde es tan sólo una niña, es inocente, no es la clase de mujer que le haría daño a otros, se alegra con cosas pequeñas, se volvió feliz con un simple regalo como una máquina de coser.
— ¿Qué hay de malo en que la quieras? Buscabas a una mujer que fuera digna para tener a tu hijo, una figura materna para el, ahora es tu esposa, y vives todas las noches metido en esa habitación, si te soy honesto, no creo que sea por capricho.
Suspiro resignado
— Lo intente Akin, pero Matilde se volvió una adición para mí, como una droga, siempre quiero más de ella, la bestia que hay dentro de mi despierta cuando la tengo en mis brazos.
— Alek..., susurra acercándose a mí—. Si se lo dices de una buena forma quizás te entienda. ¿Crees que esté embarazada?
— Puede que lo este, todas las veces en que hemos estados juntos no he usado protección, el medico la vio, dijo que era una mujer sana, también vi sus registros médicos.
ESTÁS LEYENDO
El Imperio del Mafioso
RomanceAlek Kozlov sólo buscaba un heredero para continuar con su imperio en la mafia, aquel era el único problema que le quitaba el sueño por las noches, cuando sus intentos por conseguir una mujer apta para traer al mundo a su hijo se desvanecen como el...