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MATILDE

Desde el primer momento en que le revele toda la verdad a Alek en aquella habitación, todo cambio. Su actitud parecía a ser la misma del antiguo Alek, sus ojos reflejaban un brillo en particular uno que no intentaba disimular el odio.

Los gritos iban y venían por todo el reducido espacio del departamento.

- ¡Akin! – grito furioso mientras avanzaba hasta la pequeña sala.

Akin se levantó de repente de la silla en la que estaba sentado.

- ¿Qué sucede? ¿que son tales gritos?

- ¿Cómo me explicas el que estemos viviendo aquí, mientras Henderson se ríe en nuestras malditas caras? ¡¿Porque demonios no estamos escondiendo de ese hijo de perra?!

Akin tomo un fuerte suspiro, cruzó su vista con la mía.

- Es lo mejor por la seguridad de Matilde y de Aspen.

- ¿De que maldita seguridad me estás hablando? ¿Acaso ves a algunos de mis hombres aquí?

Observe a Akin apretando sus manos, estaba intentando controlar su ira hacia el mismo Alek, tema en que en cualquier instante se volteara para arrojarle un golpe a Alek.

- ¡Deja de gritar me exasperas con tus malditos gritos de loco!

- No me pienso quedar aquí sentado sin hacer nada, tomare mis cosas e intentare dar con Henderson. No pienso dejarle en mis manos mi imperio.

- Parece que no has entendido la lección, creí que te comportarías como un hombre distinto pero no dejas de ser el mismo imbécil de un principio.

- Akin es mejor que... - los interrumpí.

- Si tú no te atreves a decirle las cosas – Akin giro su vista hacia mí-. Seré yo quien se las diga. Alek, eres lo peor que pudo pasarle a Matilde, desde que llego a la casa ha tenido que lidiar con tus malos tratos. ¿Por qué lo perdonaste? – me pregunto y después volvió a hablar-. Le diste una oportunidad para que se siguiera comportando como un hijo de puta.

- Akin no sigas – pedí en un intento de detener sus palabras. Pero el viejo Akin no me lo permitió.

- Si voy a seguir – levanto su quijada y se acercó hasta Alek tomándolo del cuello de su camisa-. Dejaras de hostigarla y te comportaras como un maldito esposo ¿entiendes? Si quieres acabar con Henderson irte de nuevo dejando sola a tu familia no es la mejor decisión.

Alek se soltó furioso del agarre de Akin, era claro que su estatua era más alta que la del mismo Akin.

- No cruces la línea – le hizo una advertencia apuntándole con revolver por debajo de la camisa antes de devolverse a la habitación y cerrar la puerta de un golpe.

Akin por el contrario se regresó al mueble.

Me acerque a él.

- ¿Por qué lo has hecho abuelito?

- Porque no mereces eso Matilde, escuche todo, ¿cómo puede pedirte que dejes al durazno?

- ¿Crees que en realidad dejaría a Aspen en manos de Alek? – le pregunté con ternura.

- Claro que no – sostuvo mi mano derecha en la suya-. Solamente quiero que entiendas que volverte adicta al dolor, no hará bien. Hay situaciones que nos obligan a renunciar a ciertas cosas, considero que esta es una de ellas.

- No me importa, así tenga que dejar de lado mis sentimientos por Alek, así tenga que enfrentar su rechazo una y otra vez no me iré, él volverá, el antiguo Alek regresara.

El Imperio del MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora