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MATILDE

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MATILDE

Alek fue el primero en bajar del auto seguido de Akin, ni siquiera giro su vista para vernos a Aspen y a mí, se la había pasado gran parte del tiempo refunfuñando la idea de que ahora estaríamos viviendo todos en un diminuto departamento.

Agradecía a Akin el hecho de calmar su animo, el cual parecía ser mas frío y distante que cualquiera.

- Matilde vamos hija, necesitamos entrar   - Akin interrumpe en mis pensamientos mientras me quedo con vistas al cielo que empieza a opacarse por algunas nubes.

- Me quedaré unos minutos aquí antes de subir, ¿Puedes llevar a Aspen contigo?

- Pero Matilde... - protesta.

- Tengo que hacer una llamada, prometo no demorar.

Akin se niega a que me quede en la entrada de los departamentos pero fianalmente accede cuando escuchamos el grito de un molesto e irritante Alek.

- ¡Akin, te estoy esperando no tengo todo el tiempo del mundo! - exclama desde las escaleras.

- Ese Alek me esta sacando de mis casillas - gruñe por lo bajo mientras recibe a Aspen en sus brazos-. Dame las gracias de que tengo ahora las manos ocupadas en algo demasiado tierno - su vista se clava en mi pequeño hijo.

- No lo hagas esperar, ya sabes como es - le respondo.

- ¿Estás segura de que te encuentras bien? - me insiste.

- Estoy bien, tengo a Aspen, tu nos cuidas y a Alek está vivo ¿Porque no estaría bien?

- Porque no eres buena en eso de fingir que todo en tu vida anda de maravilla.

- Volveremos a lo de antes Akin, no te preocupes por mí - intento ser fuerte,intento no quebrarme con la situación tan horrible.  El hecho de que Alek no pueda recordarnos, de que su forma fría de actuar me este afectando, estoy acostumbrada a sus faltas de cariño hacía mí, pero Aspen es apenas un bebé recien nacido que merece el amor de su familia.Uno que esperaba recibir de él, uno por el cual el mismo Alek se estaba esforzando.

- No demores en subir - me dice Akin antes de dejarme en la entrada del edificio.

Me hago a un lado de las escaleras sólo para rebuscar entre mis cosas mi teléfono móvil. Necesito llamar a mi padre.

Había prometido decirle sobre el nacimiento de Aspen, hace semanas que aquello ocurrió y si había una razón que me frenaba a no haberlo hecho antes era por petición de Alek, con la idea de que Henderson no se enterase de la verdad, pero a este punto ese hombre lo sabe todo.

Mi padre termina contestando al tecer intento.

- Matilde hija, estaba pensando en ti, hace muchas semanas no sabía nada tuyo.

- Lo siento papá, yo...

- Sí, es posible que tu marido no te haya permitido la llamada por asuntos de protegerte, ¿Cómo va el embarazo?

El Imperio del MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora