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MATILDE

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MATILDE

Alek,Alek.

Escucho leves voces a mi alrededor.

Abro mis ojos con dificultad.

Me siento mareada.

- Ya le dije que no puede estar aquí señor - una enfermera acompañada de una figura masculina es lo unico que puedo ahora lograr ver-. Por favor retirese.

- ¡Es mi esposa,nadie me va impedir verla! - gruñe molesto.

- ¿Alek? - pregunto y su vista se clava en mí.

- Matilde - intentar acercarse a mí pero el personal médico se lo impide-. Estoy aquí, estoy aquí...

-  Alek,¿el bebé esta bien? - los nervios, el miedo,las imágenes de ese momento mientras me cubrian con tierra regresan a mi cabeza-. No quiero perderlo, no quiero... - sollozo acercando mi mano hacia él, quiero que la tome y me diga que no lo perderemos.

- No, eso no va a pasar.

Aprieto mis párpados dejando escapar una lágrima.

- Dejenme pasar - empuja a las personas de allí.

Alek toma mi mano en la suya, sua ojos reflejan un miedo que nunca había visto antes.

- No estés asustada, no va a pasar nada.

- ¡Saquen a ese hombre inmediatamente de aquí! - escucho los gritos del médico mientras unos guardias de seguridad aparecen-. ¡Ha armado un escándalo!

- Perdóname Matilde, sólo perdoname - Alek lo dice casi en una súplica, sus ojos se llenan de lágrimas.

Asiento con mi cabeza.

Alek suelta mi mano, sonríe aliviado y antes de que los guardias pongan las manos en su cuerpo los aleja de él.

- Retenerme no es una buena idea - espeta entre dientes.

Abandona la sala y después lo veo desaparecer en miedo del pasillo.

- Está loco - escucho la voz de una mujer mientras me conducen a otro lugar .

Me siento cansada, agitada,adolorida y con miedo.

Cierro mis ojos nuevamente y me dejo ir por la sensación liviana de mi cuerpo en aquella cama como una pluma.

El constante pitido de una máquina me hace despertar. Mis ojos conectan con la figura de un Alek encima de una de las sillas.

Su vista se clava en la mía.

- Matilde - camina hasta donde estoy toma mano en la suya y sonríe-. ¿Cómo te sientes?

- El bebé,el bebé... ¿Está bien? - rodeo mi vientre con mis manos,mis dedos están vendados y el dolor ahora ya no está.

El Imperio del MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora