CATORCE

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— ¿Alguien tiene alguna duda o algo que desee agregar a las decisiones tomadas? — preguntó un joven en medio de la reunión.

Su cabeza estaba dando vueltas y vueltas, se sentía mareado y no podía hacer nada para aliviar ese malestar.

— Creo que es todo por hoy — agregó su madre — quiero los detalles de los nuevos modelos para el desfile de abril, también necesito muestras de las telas que ordené y un café en mi oficina — ordenó levantándose de su asiento — doy por culminada la reunión.

Todos se pusieron de pie para despedir a la señora Hwang y a su hijo, pronto volviendo a sus deberes en la empresa ni bien salieron de la sala. Le siguió el paso a su madre sin refutar nada, no tenía ganas de quedarse a almorzar con ella, pero sabía que la mayor ya había reservado un restaurante y no podía simplemente dejarla plantada. Su madre sería capaz de matarlo a golpes.

Estaban por doblar la esquina en dirección a la oficina, cuando en eso Hyunjin sintió un líquido caliente sobre su pecho, se apartó quejándose y empujando a la vez a la chica que estaba cerca de él.

— ¡Diablos! — se quejó mirando su camisa blanca manchada por café.

Ahora su mirada se concentró en la muchacha que se puso de pie y empezó a disculparse muy avergonzada por el descuido de su labor. Conocía a su madre muy bien como para decir que nada bueno saldría de ello, más esa mirada que le lanzó a la chica mientras se acercaba hizo que él retrocediera para no sentir vergüenza.

— Lo lamento mucho señora Hwang, lo siento muchísimo — hizo una reverencia y cuando la vio acercarse, tembló ligeramente.

— Eres nueva, ¿no es así?

— S-Sí — respondió levantando la vista — déjeme llamar a un t-...

— Mira tus manos, te has cortado con el vidrio de la taza — la madre de Hyunjin empezó a inspeccionar a la muchacha de cabello negro — ten — se quitó la casaca que llevaba puesta y cubrió a la chica, ya que su ropa estaba totalmente manchada y su camisa al estar mojada se veía ligeramente sus prendas — tranquila, solo fue un accidente, no te preocupes.

— ¿Di-disculpe? — dijo confundida, pero más que eso sorprendida por la actitud amable de la mujer.

— Llama a la lavandería para que limpien tu ropa y pide un nuevo atuendo a la señorita Shin, una camisa nueva para mi hijo y un traje para ti — la muchacha seguía sin hablar, solo asentía — No me mires como si estuvieras viendo un fantasma, ve acostumbrándote porque soy y seré la jefa más cool que vas a conocer, primor — apretó las mejillas de la chica con sus dedos pulgar e índice — ve rápido, avísame cuando tengas la camisa lista.

— S-sí señora, con permiso y... Gracias.

— De nada cielo — prosiguió su camino.

— Permiso, joven Hwang.

Sin mencionar nada más, la secretaria se fue en dirección opuesta a él. Una lástima, tenía un busto excelente.

Já, ¿a quién vas a venir engañar? Jeongin es el único que te la pone dura, pedazo de gil, ni lo pienses.

Movió su cabeza para distorsionar ese pensamiento estúpido reclamándole algo demasiado obvio, rayos, ni en su propio espacio puede dejar de pensarlo.

Ingresó a la oficina de su madre y la vio sentada en su escritorio viendo unas fotos de nuevas chicas para su próxima exposición de la nueva línea de vestidos de boda y florales que sacaría en venta este año. Tomó asiento en el sofá y suspiró sintiéndose incómodo por lo meloso de su camisa.

SÍ  O  NO  | HYUNINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora