Las clases de música siempre habían sido las favoritas de Jeongin, era como su zona de confort en la cual se sentía encajar perfectamente, siempre fue el típico alumno preguntón de la clase cuando no entendía algo o tenía curiosidad de ciertas cosas, y poco le importaba recibir quejas de sus compañeros o burlas de los mismos, él amaba cantar y todo lo que implicaba la enseñanza de la música. Hace poco había sido ingresado al coro de la escuela gracias a recomendación de su profesor de artes, aunque de toda alegría que llevó aquello, el único problema que tenía era que no conocía a nadie allí, pues ninguno de sus compañeros de clases se animó a ingresar con él y sus mejores amigos no estaban interesados en lo absoluto — extrañamente Seungmin ni Jisung aceptaron unirse, pese a que son muy buenos cantando.
Más ya no importaba, ahora solo tenía que seguir firme a las indicaciones que le den sus profesores y así lograr mejorar sus técnicas de canto, le fallaba mucho llegar a voz mixta.
— ¿Está ocupado?
Se giró asustado por la repentina voz de alguien a su costado, en frente suyo se encontraba Choi viéndole con una sonrisa tan hermosa que podría pagar por apreciarla. A Jeongin le atraía demasiado su nuevo compañero de canto, Choi Soobin.
— No, adelante — dijo alegre ofreciéndole el asiento de al lado — me alegro que hayas decidido quedarte en el coro.
— No tuve otra opción — comentó entre risas mientras se sentaba al lado del azabache — ¿Ya empezaron? — Yang negó — que bueno, no quería que me castigaran por haber llegado tarde en mi quinto día.
— Deberías de haber puesto la alarma, aunque creo que me mencionaste que vivías cerca — Soobin hizo un puchero, acto que enterneció a Jeongin — Eres un caso perdido Choi ¿por qué no haces el esfuerzo, aunque sea una vez a la semana? Las clases ni siquiera tardan mucho.
— Ayer me quedé hasta tarde viendo una serie que estaba muy interesante ¡Estuvo asombroso! — comentó entusiasmado — me acabé la primera temporada hoy en la madrugada, la recomiendo mucho la verdad.
— ¿Enserio?
— Sí, en serio, si quieres puedes venir a mi casa en estos días y vemos la temporada dos.
— ¿Puedo?
— Claro que puedes, siempre eres bienvenido — le sonrió.
Parecía que todo marchaba bien, que las sonrisas mutuas que se daban estaban llevándolos a formar algo más que una simple amistad. O tal vez Jeongin sólo estaba confundiendo las cosas demasiado pronto.
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— So-soobin — trató de detenerlo poniendo sus manos sobre su pecho, ya se estaban oyendo voces cerca de su habitación y eso no era bueno — tus padres pueden venir y vernos.
