OCHO

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— Hyunjin, basta... Es-está demasiado helado.

— Deja de moverte — aguantó la respiración ante la orden dada, los labios congelados y rosas de Hyunjin atraparon uno de sus pezones otra vez — creo que me está empezando a gustar hacerte esto.

— S-se siente raro

El rubio volvió a darle una mordida a su helado de crema con chocolate, juntando sus labios con los contrarios y haciendo que su sumiso probara el dulce, además de empezar lamer sus belfos. Hwang estaba disfrutando demasiado hacer de las suyas con el pequeño Jeongin.

Luego de un par de besos más, se incorporó dejando ya el cuerpo pálido del menor totalmente marcado por sus labios, chupetones en esos lindos botones y en algunas partes de su pecho.

— No deberías dejarme chupetones, los demás los van a notar.

— Como si los demás no los tuvieran también, ya deja de quejarte pequeño, no es nada grave — Jeongin no respondió ante lo dicho — ¿Qué tienes?

— Nada.

— ¿Seguro? — asintió levantándose de la cama del mayor y dirigiéndose a la puerta para salir de ahí — ¿a dónde vas?

— A tomar algo de agua.

— No tardes.

Salió de la habitación quedándose parado unos segundos mirando al suelo, aún no podía adaptarse al nuevo trato que le estaba dando su hyung. Por otro lado, Jeongin quería demasiado a Seungmin como para admitir que sí, aún le molestaba recordar que se acostó con Hyunjin y que debido a ello él estuvo apartado de todo por largos días viendo como ellos se comían la boca y follaban en la casa, siendo obvia la razón por el cual creerle todo lo dicho era difícil. Eso de querer someterse a él de la nada era sospechoso y tampoco es que tuviera la suficiente seguridad de que esta vez no se tratase de una broma, y sumando el hecho de que su hyung se había acostado con muchas chicas después de dejarle de hablar, el resultado de todo era nulo. Todo era demasiado de procesar y Jeongin no quería pensar más en ello, pero enserio ¿por qué Hyunjin tuvo que poner las cosas más difíciles?

Esperen... ¿Difíciles para quién?

Movió su cabeza y despertó de todos esos pensamientos malos, siguió su camino hacia la cocina con la cara decaída, desganado y sin ganas de querer pisar la misma habitación de su hyung. 

— Innie~ — antes de que el mencionado se volteara, los brazos bien marcados de Chan abrazaron su cintura — ¿Estás ocupado?

— Qué asusto me has dado Channie hyung, ya le iba a golpear — trató de quitárselo de encima, pero entre más ponía fuerza, más lo abrazaba — y no, no tengo nada que hacer ¿por?

— ¿Me haces el favor de ser mi consejero? — el menor lo miró frunciendo el ceño — ¿Qué?

— La extraña y repentina invitación me da desconfianza... ¿Pasó algo malo? — Chan negó — ¿entonces?

— Estoy al borde de la desesperación y aquí no hay nadie que tenga el tiempo necesario o la suficiente paciencia para escucharme — dejó de abrazarlo poniéndose firme al frente de él — además necesito conversar contigo.

— Me estás asustando hyung... — una imagen del pasado llegó a su mente — ¿es sobre Seungmin?

Bang no mencionó nada, solo se giró un poco y asintió mientras tomaba asiento en uno de los taburetes cerca de la cocina. Ahora mismo Jeongin estaba ansioso por querer saber todo sobre su problema.

— ¿Hyunjin hyung... tiene algo que ver? — preguntó con algo de miedo al oír la respuesta.

— No tanto en realidad — lo jaló del polo e hizo que se acercara a su cuerpo — ¿podemos charlar en mi cuarto?

SÍ  O  NO  | HYUNINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora