Even You

28. ¿Qué tan profundo es tu amor?

¿Quién era ese señor?

Esa es la pregunta que más me ha rondado por la cabeza estos últimos días, sin más y sin menos.

Por mucho que frote las yemas en mi barbilla en gestos pensantes no logro encontrar una lógica a todo esto, podría decir que todo fue un sueño como he hecho hasta ahora y que simplemente su cara me suena, sin embargo estaba ahí en el hospital, junto a Jack y ese dichoso niño, el hermano de Aiden. Lo mires por dónde lo mires, no tiene ni pies ni cabeza.

–¡No puede ser que no estés ni un poquito nerviosa! – por mucho que trate de elaborar teorías ninguna encaja. –¿Layla? ¿Me estás escuchando?

Desconecto de mi mundo modo detective, lleno de teorías y conspiraciones para centrarme en mis amigas.

–Ay, sí perdón. –me disculpo frotándome la cabeza y olvidando mi momento de reflexión . –La verdad no estoy muy nerviosa por el concurso, no me molestaría perder.

Mañana se celebran las semifinales del torneo nacional de baile, es un tema que no os he comentado mucho porque no lo encuentro demasiado importante, llevo todos los miércoles y viernes de estas últimas semanas entrenando como una desquiciada, pero como le acabo de confesar a mi mejor amiga, no estoy nerviosa. Básicamente sé que si gano o si pierdo no afectará de ningún modo en el proyecto de mi hermana, ya que papá ha encontrado nueva plaza en una empresa y ahora se puede permitir los gastos. Así que meh, más que nervios tengo vergüenza. No me gusta ser el centro de atención...

–Yo estaría temblando medio muerta en tu lugar. –Ella y Jessa bromean entre ellas.  –Dicen que sólo 4 parejas de cuarenta pasan a la gran final, lo veo chunguito.

Ruedo los ojos resignada. –Gracias por aliviar la presión, muy amables.

–Lo siento, seguro que pasas. –Repone Ella antes de que Jessa meta más la pata. – ¿A que hora te marchas mañana?

–mmhm.... –pienso unos momentos mientras seguimos andando por el pasillo del instituto. – A primera hora supongo, pero antes creo que iré a visitar a mi hermana. –concluyo.

Sigo hablando con normalidad.

–¿Visitar a Lía?– levanta una pregunta confusa – ¿A dónde?

Ay, mierda estúpida.

Se me congela el cogote de golpe.

Auto cachetada mental.

–Ahhh, quiero decir a mi tía... ahh porque, yo.. –piensa, piensa, piensa... – tengo una reunión, si, reunión familiar. – Iba a seguir con mi superpatética explicación cuando un rubio alto, guapo, y rodeado de su escuadrón de perritos populares ha pasado por mi lado, sin siquiera mirarme a los ojos, ignorándome por completo y riéndose descaradamente de una chica que se ha caído por el pasillo.

Lo he seguido con la mirada.

Recuerdo lo mal que terminamos el otro día por mi culpa, discutimos muy fuerte.
¿Y ahora me ignoras, imbécil?

–Perdonad, chicas. Ahora vuelvo. –Les digo a mis amigas, antes de marcharme.

La verdad mo tengo ganas de estar enfadada con él, me lo pasé realmente bien esa noche y en cierto modo me siento responsable de que esté enfadado.

Después de ayudar a la chica que se ha caído, por lo nerviosa que estaba, y preguntarle sobre su estado me he dirigido hacia el grupito de los machitos alfa.
No me parece que bien que humillen de esta manera a toda la gente que ellos consideran "inferior".

Bueno, me meto entre ellos quiénes de giran a mirarme con una gran curiosidad. Doy unis golpecitos en la chaqueta de cuero de Aiden y él se gira para mirarme de reojo, sin embargo no sonríe de su manera habitual, con superioridad.