18. Desconocido. [Parte dos]

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JACK EDMUND

La observo detallada mientras duerme, Layla no es una chica de mi "tipo" para nada, pero verla así, sólo con mi camiseta y ropa interior me hace querer verla desnuda y mía otra vez, pensaba que después de hacerlo con ella se saciarían esas ganas de descubrirla pero sólo ha hecho qué aumenten más, y no voy a negarlo, eso me preocupa.

Recorro las marcas rojas y violetas en su cuello con la punta se mis dedos, su cara está demasiado cerca de la mía, noto su respiración en mi boca, eso me tienta a volver a sentir sus cicatrices. Inevitablemente, por mi mente pasan los recuerdos de ayer, ella debajo de mí, vulnerable, dejándome moverla a mi gusto, sentirme encima de ella sabiendo que yo era el primero ha sido una de las cosas más excitantes en mi vida, sus jadeos, mis manos entre sus muslos, rociamientos indebidos, cómo me agarraba el pelo y me clavaba las uñas en unas desesperadas ganas de vaciar su dolor en mí.

Tengo que apartar esos recuerdos de mí.

Me estoy obsesionado con su olor, con su tacto, con sus heridas, todo en ella me vuelve jodidamente adicto, ahora entiendo a la perfección a Aiden, sé qué le ha visto lo mismo que yo, pero esta vez no, esta vez yo la he tenido primero entre mis piernas. Que se joda ese imbécil, que se joda el mundo, pero quiero que Layla confíe solamente en mí, quiero explorar cada rincón de su rota y maldita alma, quiero que sea única i exclusivamente mía.

Cuándo realmente me obsesiono con algo, nunca acaba bien, y no quiero hacerle daño.

Pero... es tan jodidamente...ella.

Ningún chico puede llegar a altura.

¿Qué dices Jack?

Aparto la mano qué sin darme cuenta ya estaba entre sus labios medio abiertos, me friego la sien con los dedos y salgo a fuera de la cabaña, ella está perdiendo clases por mi culpa.

¿Qué es eso que noto en el pecho? ¿Esto es culpabilidad?

No, no puede ser.

Yo no hago esas cosas.

Layla está despertando cosas en mí qué hacía tiempo que ya había guardado, y eso qué casi no la conozco, pero sé que puede ver a través de mi.

Vale, he cambiado de idea, tengo que apartarla de mi vida antes de que sea demasiado tarde.

Pero no puedo ver cómo Aiden se le acerca tanto. No soy el único qué la tiene cómo objetivo, muchos chicos de su instituto también se ha interesado por ella, joder, parece que tiene un imán para atraer a capullos.

Jack, ese no es tu maldito problema.

Vale, vale, me voy a olvidar de ella antes de qué le haga daño, por su bien.

¿Pero te mueres de ganas de volver ahí y arrancarle la camiseta, verdad?

Joder no sabes cuantas ganas.

Pensé que después de una noche ya me daría igual, pero dios me ha dejado con necesidad de más, de mucho más.
Sé que si sigo con ella le voy a contar cosas de mí que no sabe nadie, no quiero que entre en mi vida, sin embargo ayer logró sacarme lo de mi abuelo sin apenas hablar media hora, imagínate el efecto que causa en mí. Esto se está descontrolando, ella lo está descontrolando.

¿Quién eres, desconocida?

Me froto el pelo con frustración y suelto una gran bocanada de aire, el sol empieza a salir por encima del mar y el olor a brisa suave me invade la nariz.

Vale decidido, voy a alejarme.

–Jack.

Layla se encuentra en la puerta del porche con mi camiseta, cruzada de brazos por el frío. Tan sólo con verla así, con las piernas descubiertas, puedo volver a revivir todos esos detalles de anoche a la perfección. No puedo joder, no puedo.

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