Decirnos que nos extrañabamos fue una de las peores cosas que me pudo pasar Minho, gracias a esa palabras empecé a enloquecer por algo de tu atención y tiempo, perdí el control de mi misma y cuando estaba cayendo perdidamente por ti una vez más, volví a la realidad de la peor manera. Tu amor era para Sana, no para mí. Ella podía tenerte cuando lo deseara y eso me daba una gran envidia.
— Ryu Mai, deja de evitarme. ¿Por cuántos días te tengo que perseguir para que quieras escucharme? — te evité por los siguientes tres días luego de que me dejaste plantada. Si no hubiera visto lo que vi, si no hubiera tenido sentimientos por ti, te habría perdonado al otro día y seguiríamos siendo los amigos de siempre; pero las cosas no eran así Minho.
Íbamos camino a la academia de baile, yo iba unos pasos delante de ti y tú me perseguías, tu paciencia se acababa, ¿no habíamos estado en esa misma situación antes? Sí, cuando Sana recién aparecía en nuestras vidas a inicios de ese año. Ya habías cumplido ocho meses de tu relación con Sana y el 31 de octubre yo cumpliría ocho meses de mi relación con Yongbok. Así de rápido pasaba el tiempo.
— ¡Ryu Mai! — gritaste mi nombre, de mi parte solo hubo silencio — ¡Ryu Mai!, ¡Ryu Mai!, ¡Ryu Mai! — me puse mis audífonos, no quería saber nada de ti Minho, desde ahí empezó ese deseo de querer borrarte de mi memoria o por lo menos de mi corazón.
No tenías la culpa de no poder amarme, no sabías de mis sentimientos por ti, pero para aquella Ryu Mai de 16 años era muy difícil comprender aquello, en especial cuando por mucho tiempo fuiste lo único que yo tenía.
— Maiiiiii — empezaste a caminar a mi lado, pusiste tu cara de fastidio luego de ver que yo usaba audífonos, así que me los quitaste — Mai, por favor, dime algo — usaste ese tono de niño pequeño regañado. Me molestaba que no vieras la gravedad del asunto, pero una vez más tu desconocías el verdadero trasfondo de mi enojo, así que debía dejar de esperar cosas imposibles.
Te seguí ignorando, estaba sorprendida de mi misma por aún haber mantenido la calma.
— Minho se está sintiendo muy triste — eras tan tierno en ocasiones, pero yo en serio estaba tan enojada y tan herida — Minho se está enojando ahora — dijiste luego de ver que aún permanecía en silencio — Mai, ya deja de hacer esto — permanecí en silencio todo el camino hasta la academia, en algún punto dejaste de insistir pero continuaste caminando a mi lado.
Aún no había avanzado lo suficiente para estar en la misma clase que tú, sabía que estaba cerca de ello. Por ese día agradecí que estuviéramos en clases separadas y traté de dejar salir todo lo que sentía a través del baile, pero estuve cometiendo errores y solo fui regañada todo el tiempo, así que al final de la clase estaba más que estresada.
Luego de cambiarme, salí de la academia sin siquiera averiguar por ti, pero te me habías adelantado Minho, pues sin previo aviso fui atrapada por tus brazos.
— Mai, sé que realmente no hay ninguna justificación para haberte dejado esperando. Pude avisarte, lo sé. Fue mi error y acepto que estés enojada por ello, pero no puedes permitir que nuestra amistad se dañe por algo como esto. Eres mi mejor amiga, eres tan importante para mí, no quiero perderte. Por favor, perdóname — sentir el calor de tu cuerpo, sentir tu tacto y escuchar tu voz que me hacían saber lo triste que estabas por esto. Ah, Minho, me perdí en ti por un momento, disfruté de tu presencia, estaba a punto de caer y abrazarte de vuelta; pero analicé tus palabras y los recuerdos de ese día vinieron a mi mente. ¿Cuál fue mi reacción? Empujarte lejos con algo de enojo, eso te desconcertó, ¿cuándo había rechazado un abrazo tuyo? Nunca, esa fue la primera vez.
— ¿Dañar nuestra amistad? — me reí con ironía — Desde que Sana llegó a nuestras vidas, desde ahí nuestra amistad se dañó — y dicho esto comencé a irme, tú me seguiste.
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Obliviate | SKZ | LEE KNOW |
Fanfiction"Tus huellas se han convertido en una carga, en un virus doloroso, un virus incurable. Quiero olvidarte, pero tu imagen y voz están tan vivos en mí que, solo un mágico hechizo podría borrarte por completo. Por ahora solo me queda recoger mis tristes...