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Capítulo 19

Así como él me reconoció, yo también lo hice. Nunca podría olvidar al chico que me causó aquellas intensas sensaciones y deseos que terminé experimentado con Seungmin, pero aquel chico con el que había chocado en el pasillo, fue el que había despertado aquellas cosas en mí.

— Eres Ryu Mai, ¿cierto? La chica del armario. No sé si me recuerdas.

— Hwang Hyunjin, ¿así te llamas?

— Me alegra que recuerdes mi nombre — me sonrió — ¿No es extraño encontrarnos así?

— Sí, es extraño. ¿Qué haces en Japón?

— Ah, vine de intercambio por parte de mi academia de baile. Me iré en unos meses.

— ¿Bailas?

— A parte de lindo, soy muy talentoso. Debes estar sorprendida — su respuesta me hizo sonreír.

— Yo también estoy en una academia.

— ¿De verdad? No me digas que estás en Japón por la misma razón.

— Soy mitad japonesa, de hecho crecí en Japón. Así que solo estoy de vuelta, pero la razón por la que estoy en Osaka es por el baile.

— Vaya, cuando nos besamos en ese armario, nunca imaginé eso de ti. Estoy sorprendido.

— Entonces, ¿vivirás aquí? — pregunté viendo la puerta del apartamento de al lado. Él también la miró y luego vio la puerta de mi apartamento.

— Parece que seremos vecinos — me sonrió.

— ¿Mai? — mi prima Hana intervino, ella no hablaba coreano, así que no entendió absolutamente nada de nuestra conversación.

Los presente rápidamente, en especial porque el japonés de Hyunjin era muy básico. Le di una breve explicación sin muchos detalles a mi prima sobre cómo conocí a Hyunjin, de hecho solo le dije que fue un compañero que tuve en Corea.

Hwang nos presentó a su amigo Daehwi, el cual sería su compañero de apartamento durante el intercambio. Luego se despidieron de nosotras para continuar con su mudanza.

— Ah, es una lástima — comentó Hana.

— ¿Qué cosa?

— Tiene tu edad, no me puedo fijar en un chico que tiene tu edad. Ah, es tan lindo, pero la edad le quita el encanto.

— ¿Por eso lo estabas espiando?

— No le cuentes a nadie, ni siquiera a Momo — me pidió avergonzada.

— Invítame a comer y guardaré el secreto — comenté mientras volvía a mi habitación para continuar con mis tareas, pero estuve un poco dispersa. No pude sacarme de la mente a Hwang Hyunjin por el resto de la tarde.

— Te ves muy mal — más tarde en la noche, hicimos una video llamada. Yo siempre te insistía para ello, especialmente en las noches que no podía dormir. Te extrañaba.

— Tampoco te ves bien, la cámara no te favorece.

— Eso es imposible. Soy guapo ante cualquier cámara y en persona soy aún más deslumbrante.

— Eso quieres creer — estuvimos hablando de cualquier cosa que surgiera, el tiempo pasó y sin darnos cuenta, cada uno ya estaba en sus camas, bajo las cobijas, esperando cuál de los dos se quedaría dormido primero.

— Me gusta que estés en Osaka.

— ¿Mmh? ¿Por qué?

— Te ves más feliz. Parecías triste en Kyoto. Además, en Osaka tienes muchas amigas, me gusta verte así de feliz y acompañada.