Capítulo 8

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Como dije antes Minho, Felix fue tan claro conmigo que pude recordar aquellas palabras que no recordaba haber dicho. Pero a pesar de que esos recuerdos habían vuelto a mí un poco a medias, yo no estaba dispuesta a aceptar la realidad que se presentaba frente a mí. Lo repito, era muy inmadura en ese tiempo.

— Felix, no te vayas. Aún no hemos terminado de hablar.

— Ryu Mai, todo quedó muy claro entre nosotros. No tenemos nada que hablar — lo que pasó después de aquella fiesta, es bastante evidente.

Al otro día Yongbok no me dijo nada debido a mi resaca y a que no recordaba lo sucedido en esa noche. Él solo me llevó a casa mientras permanecía en silencio con una gran seriedad que obviamente se me hizo extraña. No solo fue eso, sino la frialdad con la que Yongbok me estaba tratando no era para nada normal, alguien tan cariñoso como él obviamente no actúa frío de repente; supe de inmediato que había hecho algo malo pero no podía recordarlo. Al preguntarle a Felix, él me dijo que después hablaríamos y que por ese día solo me enfocara en descansar. Pero fue difícil descansar, en especial con las imágenes borrosas que se hacían presentes en mi mente, imágenes que tenía la esperanza de que fueran solo una ilusión y que no hubieran sucedido en realidad, pero cuando llegó el día de hablar con Felix, él me confirmó que aquello había sucedido y me repitió palabra por palabra todo lo que yo dije esa noche.

Lee Yongbok le dio fin a nuestra relación y yo no estaba dispuesta a aceptarlo. Cuando lloré sin control ese día, creí que se debía a mis sentimientos por Felix, ahora me doy cuenta que no lloré por él sino por el miedo que me daba quedarme sola. Minho, gracias a ti yo ya no estaba acostumbrada a estar sola, por eso me metí en una relación tan pronto como vi que tú estabas en proceso de iniciar una y que probablemente me dejarías sola por ello. En ese momento ya no eras mi amigo y si Felix me dejaba, no tendría a nadie. Me di cuenta de todo eso años después, pero para ese momento yo juraba que mis actitudes y sufrimiento se debían a que alguna parte de mí amaba a Felix.

— Ryu Mai, ¿qué haces aquí? — no negaré que me dolía escuchar mi nombre completo salir de la boca de Felix cuando yo ya estaba acostumbrada a que él se refiriera a mí con apodos.

— ¿Podemos hablar? Por favor, solo será un momento — entre clase y clase, era difícil perseguir a Yongbok para rogarle por una oportunidad. Así que luego de haber insistido por dos semanas hablar con él en el instituto y fallar en el intento porque él siempre tenía una excusa o algo que hacer para no escucharme, había decidido ir a buscarlo en su casa.

— ¿Cuántas veces te lo tengo que decir, Ryu Mai? No tenemos nada que hablar — Felix iba a cerrar la puerta, pero yo lo detuve.

— Felix, yo te amo — Yongbok se recargó en el marco de la puerta y se cruzó de brazos.

— Eso es mentira, Mai. Tú no me amas y luego de analizar muchas cosas, creo que nunca me amaste.

— Yongbok, no digas eso. Si nunca hubiera sentido nada por ti, te habría rechazado desde el inicio — y con eso es algo con lo que aún sigo confundida. Toda la emoción y lindos sentimientos que me causó Felix cuando nos conocimos y empezamos a tener citas, fueron sentimientos reales, ¿pero qué sentimiento era con exactitud? Puede ser que solo me gustara y sé que los gustos se acaban, pero hasta ese punto, Felix nunca me había dejado de gustar. ¿Qué era exactamente lo que sentía por el australiano? No lo sé, pero de lo que estoy segura es que no todo en mi relación con Felix fue falso, por lo menos en los primeros cinco meses de nuestra relación todo fue real.

Yongbok se quedó pensando en mis palabras por unos segundos, como si tuvieran sentido para él, sé que mis palabras lo hicieron dudar, pero él era un chico muy determinado cuando decidía algo.

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