Capítulo 1

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Debo volver al momento en el que nos conocimos. La etapa más horrible y solitaria que había tenido hasta ese punto de mi vida.

Los dos teníamos 15 años, comenzaba mi segundo año en la escuela media. Yo no había logrado adaptarme nunca en esa escuela, tener ascendencia japonesa era la razón por la que me hacían la vida imposible en ese lugar. Todos los días trataba de soportarlo y dar lo mejor de mí, llevaba un año aguantando bromas y burlas; a pesar de que esas cosas me hacían sentir mal, hasta el momento no había sucedido nada que no pudiera soportar.

Y tú, eras el chico nuevo en ese año y en tu primer día de clases, cuando te sentaron junto a mí, solo te dedicaste a molestarme. Pero no fue cosa del primer día, sino de las dos primeras semanas. Tomabas mis útiles sin preguntar, escribías cosas sin sentido en las esquinas de las hojas de mis cuadernos, me ofrecías comida o dulces, pero te los comías rápidamente cada vez que consideraba tomarlos y siempre me sentía tan torpe por caer en ese juego de alguna manera.

En ese tiempo, supuse que te habías unido al grupo de estudiantes que me molestaban a diario. Pero de todas las personas que me hacían la vida imposible, tú eras mi favorito, porque eras el que menos daño me hacía.

Fue aquel viernes al final de la jornada que luego de que la mayoría de estudiantes se fueron, un grupo se había quedado para molestarme, pero lo que querían hacerme ese día no se comparaba a nada que hubieran intentado antes, las cosas habían subido de nivel y yo solo tenía miedo. Seré sincera Minho, si tu no hubieras aparecido ese día en ese preciso momento, no sé qué habría pasado conmigo, porque de todas las veces que me habían molestado, esa fue la primera vez que sentí tanto terror, fue la primera vez que lloré sin control frente a ellos.

Me sacaste de allí y me ofreciste la ropa que usabas al bailar para que yo pudiera quitarme el desgarrado uniforme que tenía. Gracias a ti no me pasó nada grave, gracias a ti expulsaron a ese grupo de personas y gracias a ti no estuve sola nunca más por mucho tiempo.

—¿Por qué me ayudaste? —te pregunté ese día luego de que mis lágrimas se habían terminado. Te hice esa pregunta sin dejar de jugar nerviosamente con la tela de tu pantalón deportivo que ahora yo tenía puesto.

—Nunca dejaría que algo malo le pase a mis amigos —respondiste con naturalidad.

Te miré confundida.

—Pero yo no soy tu amiga —y al decir aquello, me miraste tan ofendido, igual de ofendido que aquella vez que te enteraste de que Yongbok no sabía sobre tus gatos.

—Somos amigos desde el primer día que me senté a tu lado.

—¿Qué? Pero siempre me estás molestando, pensé que no te agradaba.

—Si te molesto de esa manera, es porque me agradas —me costó un poco procesarlo, pero en ese momento entendí lo única que era tu personalidad.

Definitivamente, nunca había conocido a alguien como tú, y hasta el día de hoy sigue siendo así. Tu personalidad y actitud son tan únicas que es muy difícil encontrar alguien similar a ti. A pesar de que estuve a tu lado tantos años, nunca pude comprenderte realmente, incluso las veces en que pensé que sí, tu hacías cosas que me dejaban en claro que nunca podría descifrarte.

Me tomó tiempo acostumbrarme a ti, a tus bromas, a que hablaras de ti mismo en tercera persona, a que a veces estuvieras insoportablemente cariñoso y que otros días no pudiera ni mirarte sin recibir amenazas de papel higiénico por tu parte. No fue sencillo, pero tampoco fue imposible y sin darme cuenta, te había aceptado en mi vida a tal punto que te convertiste en la persona más importante que tenía.

Lee Minho, cambiaste mi vida por completo. Pasé de ser alguien que vivía solo y triste a ser alguien lleno de felicidad, todo gracias a ti.

Las burlas hacía mí disminuyeron y cada vez que alguien intentaba hacerme daño, tú estabas ahí para evitarlo. Dejé de almorzar sola, los fines de semana donde pasaba encerrada en mi habitación se acabaron, fuiste el primer amigo que le presenté a mis padres desde que llegué a Corea y rápidamente fuiste aceptado; en especial porque mis padres sabían que tú eras la persona que le había puesto color a mi vida. Mis padres te querían y confiaban en ti.

Recuerdo ese día que fui a tu casa, en ese entonces el único gato que tenías era Soonie. Si, estuve allí presente cuando llegaron los demás gatos en tu vida, te acompañé en cada uno de esos momentos. Aún no puedo olvidar tu cara de molestia cada vez que yo iba a tu casa y mi completa atención estaba en tus gatos, no sabía qué era lo que te enfadaba realmente, si era el hecho de que tus gatos me quisieran más a mí o que yo quisiera más a tus gatos que a ti. No sabía cuál era la respuesta, pero recuerdo a la perfección los berrinches que hacías en esas situaciones y el millón de veces que me aseguraste de que no volvería a tu casa, pero al final siempre terminaba allí de nuevo.

Luego de algunos meses en los que nuestra amistad se fortaleció, me convenciste para entrar en la academia de baile en la que tú estabas. Me negué muchas veces porque sentía que bailar no era lo mío, pero luego de pasar tantas tardes junto a ti donde me enseñabas algunos pasos y me repetías innumerables veces que tenía bastante potencial, luego de eso hablé con mis padres y en pocas semanas tu y yo salíamos juntos de la escuela para ir a la academia. A pesar de que estábamos en diferentes grupos porque tú estabas más avanzado, yo disfrutaba infinitamente estar en el mismo lugar que tú y solo me propuse convertirme en la mejor bailarina para poder alcanzarte.

Lee Minho, hiciste que mi segundo año en la escuela media fuera increíble y tú fuiste la razón por la que no me devolví a Japón.

¿Cómo podría decirle a esa Ryu Mai que años después estaría deseando desesperadamente borrar cada mínimo recuerdo que tenía de Lee Minho?

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Aquí les traigo el primer capítulo de este fic. Los capítulos serán cortos, pero aún no he definido qué tan larga será la historia jsjsjs

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¡Lxs quiero!

Atte: HaraLee28.

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