Capítulo 5

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Quería odiarla Minho, quería criticar cada aspecto de ella y destrozarla una y otra vez en mi cabeza, tenía la esperanza de encontrar algo malo en ella para demostrarte mi desaprobación. Lastimosamente, ella era casi perfecta, por no decir que lo era.

Minatozaki Sana, esa era la chica que había logrado atrapar tu corazón. ¿Sabes qué era lo que más me molestaba? Que ella era jodidamente agradable, era tan linda tanto en su físico como en su personalidad que no podía odiarla. En realidad, ella me agradaba, al igual que tú, ella me hacía sentir en casa, en especial cuando hablábamos en japonés las dos. Ni siquiera pude evitarlo o resistirme, Sana se había vuelto mi amiga, nos hicimos grandes amigas al punto que pude comprender porque era ella y no yo. Así que cuando creí que te perdería, en realidad resulte ganando una nueva compañía y comprendí que debía dejar ir mis sentimientos por ti, pero Minho, eso no era tan sencillo.

Felix y yo nos volvimos pareja eventualmente al igual que tú con Sana. Empezamos a pasar tiempo los cuatro, nos convertimos en el grupo de las parejas y es que nuestras relaciones habían comenzado casi al tiempo.

Así como Sana se había vuelto mi amiga, Felix se volvió muy cercano a ti, cosa que hacía que fuera más sencillo pasar tiempo los cuatro. Felix y Sana también lograron llevarse bien debido a que ambos eran como unos ángeles. Hubo una ocasión en donde salimos los cuatro con la idea de hacer una cita doble. Fue divertido, no lo voy a negar, pero ese día pasó algo que me hizo sentir muy culpable.

Recuerdo que camino a uno de los tantos lugares que habíamos escogido ese día, encontramos un parque y de alguna manera terminamos jugando en el, desviandonos un poco de nuestro verdadero objetivo. Me cansé de jugar y me senté en el césped a observarlos, a los pocos minutos tu también te cansaste y te sentaste a mi lado. Sana y Felix eran igual de hiperactivos y parecía que aún les quedaba bastante energía. Tú los mirabas mientras reías y yo te miraba a ti, no te diste cuenta. Por ese momento pensé que ambos estábamos saliendo con las personas equivocadas, que quizás era mejor que Yongbok y Sana fueran pareja y que tu y yo deberíamos estar juntos. Me dejé llevar por ese pensamiento un rato hasta que note algo, me di cuenta de la manera tan única y especial en la que veías a Sana, ese brillo en tus ojos jamás lo había visto en ti. Ahí lo supe Minho, ahí entendí lo perdido que estabas por Sana y en lo mucho que luchabas para que ese sentimiento no te dominara por completo.

Felix se acercó a mí con la intención de que siguiera jugando, su sonrisa y cabello despeinado lo hacían parecer un niño pequeño en ese momento, pero cuando vi sus ojos, ahí fue donde me sentí culpable Minho, porque la manera en la que me veía Felix era la misma en la que tú mirabas a Sana. Me sentí como la peor persona del mundo, Yongbok no merecía eso, él no merecía que yo estuviera pensando tales cosas, él no se merecía que yo estuviera deseando ser amada por otra persona.

— ¿Estás bien? — preguntó Felix preocupado al ver mi actitud seria. Yo me lancé a los brazos del australiano.

— Sí, yo solo necesitaba abrazarte — me aferré al cuerpo de Yongbok.

— Amo los abrazos, así que nunca te contengas para hacerlo —.

Ese día decidí que amaría a Felix como era debido, le daría todo el amor que el me diera, quería hacer feliz a aquel chico. También fue la primera vez en que decidí olvidarte, pero no a ti sino a mis sentimientos por ti. Aún batallaba con aquello y era por eso que empecé a pasar más tiempo con Felix y gracias a Sana, mi ausencia no la notabas tanto.

Agradecía que Yongbok estuviera conmigo, no quería imaginar cómo habría sido esa situación si yo estuviera sola, ¿alguna vez lo pensaste Minho? Habrías tenido tu relación con Sana mientras yo habría sido una carga, porque yo no tenía más amigos, solo te tenía a ti. De seguro Sana me habría odiado algunos días porque era bastante evidente que le gustaba estar a solas contigo y yo solo habría estorbado. Me imaginaba a mi misma siendo cuidada por Sana y por ti, Minho, esa imagen realmente la odiaba. Por eso agradecía tanto tener a Yongbok, gracias a ese chico todo fue menos doloroso.

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