Comencemos por un punto del que muchos seguramente se han percatado: las cosas que se repiten en la trama, que conforman un patrón de acción en la historia o, dicho de manera más científica, son clichés.
1. Siempre hay alguien secuestrado
La pobre víctima de esta situación suele ser Mokuba, que no sé cómo puede conservar su salud mental intacta luego de ese montón de secuestros que ha sufrido donde, por demás, lo han encadenado en una celda, le han extraído el alma, lo han atado a un helicóptero en movimiento, le han lavado el cerebro y lo han enviado al Reino de las Sombras (no sé qué le hizo exactamente Yami Bakura, digamos que fue eso). Nada que pueda traumatizar a un niño de once años, ¿verdad? Sí, ya sé que esto sucede porque es el punto débil de Kaiba y bla bla bla; pero en el manga, la mitad de estos sucesos no ocurren y la vida sigue. Por cierto, parece que en El despertar de los dragones quisieron dejar descansar al pobre niño y colocaron en su lugar al profesor Hawkins, el nuevo personaje secuestrado de Yu-Gi-Oh!
2. El Faraón y Seto Kaiba, juntos forever
No lo malinterpreten, que no lo digo en un sentido romántico. Sin embargo, resulta curioso que Seto Kaiba, un personaje solitario, egocéntrico, al que no le gusta depender de nadie, siempre se ve obligado por cosas de la vida (el guion) a trabajar en equipo justamente con su mayor rival. Porque no, no puede ser con ningún otro duelista de la serie; deben ser Kaiba y el Faraón, porque tienen un vínculo milenario y bla bla bla. Desde la temporada de Héroes Legendarios, donde combinaron sus monstruos para derrotar al Dragón de Cinco Cabezas, hasta la pelea contra Dartz (aunque al final Atem se quedó solo), pasando por el duelo doble contra Lumis y Umbra en Ciudad Batallas y el Mundo Virtual (en el que no pelearon juntos, pero Atem le tomó el relevo a Kaiba en el duelo contra Noah), estos dos han sido, literalmente, inseparables.
3. Los hermanos menores adorables
Es una costumbre casi tradicional en Yu-Gi-Oh! ver a hermanos menores nada que ver con los mayores en aspecto físico y personalidad. Empezando con el de mayor participación de todos: Mokuba Kaiba. Adorable, cariñoso, empático y capaz de atender a razones fácilmente, en franco contraste con su rígido, amargado, insensible y testarudo hermano mayor, Seto Kaiba. [Aclaración: Este argumento se basa en la versión anime del personaje. Los traumas que pueda generar en el público su versión manga los abordaremos más adelante]. Otro ejemplo es el de Serenity Wheeler/Shizuka Kawai, la pequeña hermana de Joey, tímida y tranquila en contraposición con su sociable, extrovertido e hiperactivo hermano. También tenemos a Leon, un niño agradable y educado que no tiene nada en común con su hermano mayor, el grosero con poses de diva Sigfried Von Schroeder.
4. Las cosas se resuelven en duelos... o a golpes
Sí, esta es una máxima presente a lo largo de toda la serie, incluso en el manga. Quien más incurre en este cliché es Tristán, que siempre se enreda a los golpes con algún personaje en todas las temporadas. Joey también busca pelea de vez en cuando, pero siempre lo repelen a la velocidad de la luz. No faltan los personajes que se estrenan como artistas marciales; este es el caso de Yami Bakura. Incluso personas que se pasan el día detrás de una computadora (Seto Kaiba), están en mejor forma física que yo.
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Mis pequeños monólogos acerca de Yu-Gi-Oh! [Serie original]
RandomUn espacio para expresar mis opiniones acerca de los clichés, el papel de las mujeres, las cosas sin sentido, las dudas nunca resueltas, el manga, curiosidades y algunos personajes de esta serie tan emblemática que formó parte de los buenos recuerdo...