Hablemos de Yu-Gi-Oh! R

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Para quienes no lo conozcan, comenzaré dándoles un breve bosquejo acerca de qué es Yu-Gi-Oh! R.

Yu-Gi-Oh! R es un manga spin-off escrito e ilustrado por Akira Itō con la anuencia de Kazuki Takahashi, del género aventura-ciencia ficción y la demografía shōnen. Cuenta con 44 capítulos divididos en cinco volúmenes. Cronológicamente, se ubica luego del arco de Ciudad Batallas y antes de la temporada Las Memorias del Faraón (guiándonos por el manga original). Se centra en Yakō Tenma (hijo adoptivo de Pegasus), quien planea vengarse de Yūgi por la muerte del Creador del Duelo de Monstruos, al tiempo que se apodera de la Corporación Kaiba con el objetivo de revivir a su padre adoptivo, valiéndose de las Cartas de Dioses Demoníacos (que son el equivalente maligno de los Dioses Egipcios) y de la tecnología de dicha empresa para llevarlo a cabo.

Hasta aquí, todo muy bien y muy bonito; de no ser por la excusa que utilizan para que Yūgi y Yami Yūgi tengan que pelear. ¿Lo adivinaron? Pues sí; secuestran a Anzu y quieren usar su cuerpo como un recipiente para llevar a feliz término su disparatado proyecto.

Por si esto fuera poco, hay demasiados personajes nuevos para ser una serie corta. Esto impide que alguno tenga sustancia, sea memorable o, cuando menos, medianamente interesante. Además, parece que cualquiera les sirve para entretener a Yūgi por cinco minutos, porque vemos desde una anciana en silla de ruedas (lo cual quiere decir que ya puedo entrenar a mi abuelita para que sea profesora de cartas), hasta una chiquilla que había aprendido a jugar hacía un mes y que se enamora de Jōnouchi (bueno, enamorarte de tu oponente no es muy común; aunque yo también me enamoraría si mis oponentes fuesen Jōnouchi o Yūgi/Yami Yūgi; con Kaiba... creo que tendría que pensarlo dos veces o verlo fuera de la plataforma de duelo). Incluso si eran simples obstáculos de menor importancia, su falta de personalidad los convierte en personajes muy poco atractivos. Si no estuviese leyendo la historia ahora mismo, apenas me acordaría de ellos. Pero..., ¿qué más podemos esperar cuando hasta el villano principal tiene una carencia de carisma que parte el alma? Parece un simple maníaco chalado de la cabeza y ya; podría decir que al estilo Yami Marik (por las muecas). Pero sería ofensivo hacia Yami Marik, porque él tenía sus encantos y Yakō no posee ni una pizca de esa esencia atrapante que deben de tener los villanos. No se hace odiar ni querer. Deja más frío que un iceberg, y eso es lo peor que podría ocurrir con un personaje. El mejor personaje nuevo del montón de inútiles presentados fue Gekkō, el hermano gemelo de Yakō. Pensaba hacerle una crítica atroz, pero por el camino me fui encariñando con él. Si bien es cierto que comenzó siendo bastante soso, luego agarró más carisma y me llegó a gustar.

Los personajes canónicos no tuvieron el mejor manejo. El Kaiba que yo conozco habría estado presente desde el primer momento con el objetivo de recuperar su empresa, sin demorar veinte capítulos en hacer su aparición. Al final, lo único nuevo que sabemos de él en este capítulo es que su maletín es un arma mortal con el que no necesita pistolas ni guardaespaldas, puesto que con él le rompe la cara a Yakō (igual que en El despertar de los dragones solo conocemos que es un firmador de cheques ultra rápido y que puede ser delicado cuando él quiere). No le queda más remedio que perder su duelo contra el villano, porque no es el protagonista. Yūgi salió de su crisis lacrimógena como si nunca hubiese estado en ella, cuando habitualmente necesita algunas palabras de apoyo por parte de alguno de sus amigos para hacerlo. Reciclaron al Bandido Keith, uno de los personajes más despreciables de la serie, y lo volvieron aún peor de lo que era. Honda parece que ahora es experto en el Duelo de Monstruos, pues se erige como el "consejero" de Jōnouchi durante los duelos. Anzu tiene la típica personalidad de toda "damisela en peligro". El único que está en su lugar es Jōnouchi, a quien sí me imagino con esas expresiones, así como golpeando primero y preguntando después. Yami Yūgi tampoco está mal.

El diseño de los personajes está muy bien definido y acorde a los originales. La trama busca ajustarse al canon del manga, aunque nunca faltan las incoherencias convenientes en las jugadas.

En resumen, no es una mala historia, es entretenida y tiene lo suyo. La recomiendo.







Curiosidades

1-. Al parecer, Pegasus se dedicaba a adoptar niños para entrenarlos en el Duelo de Monstruos.

2-. La forma en la que Yakō intentaba resucitar a Pegasus utilizando la tecnología de la Corporación Kaiba, es similar al plan del propio Pegasus para resucitar a Cynthia.

3-. Por sus nombres y apellidos, Yakō y Gekkō parecen ser de origen japonés.

4-. A pesar de ser gemelos, se dice que Gekkō es mayor que Yakō, puesto que este último nació después.

5-. Los nombres de los personajes exclusivos de este manga son nombres en clave de Intel.

6-. No se sabe qué pasó con los padres de Yakō y Gekkō.

7-. Reiko tiene un deck construido para dejar sin cartas al oponente, el primero de este tipo visto en la serie.

8-. En algunas secuencias del manga, se ve a Seto Kaiba vestido con un traje diferente a los que usa habitualmente, más parecido a un uniforme. Yo diría que se parece a los de los Sternritter de Bleach en la Saga de la Guerra Sangrienta de los Mil Años; como estos están basados en el uniforme del ejército alemán, supongo que el origen de la vestimenta de Seto en esas páginas debe ser similar.

Mis pequeños monólogos acerca de Yu-Gi-Oh! [Serie original]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora