Capítulo 15

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Harry asintió -No me extrañaría que el gran Albus Dumbledore viera a sus peones como prescindibles, especialmente cuando dichos peones empiezan a tener sus propias ideas-.

Viendo a Tom mirarlo, Harry explicó lo que había sucedido el verano después de su segundo año, cuando empezó a experimentar un cambio en su cuerpo, y cuando fue a los duendes para averiguarlo mediante un análisis de sangre. También explicó que había estado en el ministerio con ellos diciendo que investigarían la situación de su casa. Sólo para que él volviera de Gringotts y encontrara que el gran Albus Dumbledore había tranquilizado al Ministro, y a Madam Bones, así que no vieron una razón para seguir investigando el asunto.

Tom suspiró, -él hizo lo mismo conmigo. Crecí en un orfanato católico durante la Segunda Guerra Mundial, dirigido por una mezcla de monjas y gente religiosa normal, así que no tengo que pintar un cuadro de cómo era allí para alguien como nosotros.

Creían que estaba poseído por el Demonio, e hicieron que el pastor local viniera varias veces a realizar un exorcismo. Lo que por supuesto no ayudó en nada, haciéndoles creer que yo era un demonio,el diablo, o lo que sea. Lo que no ayudó en ningún caso-.

Respirando hondo, Tom continuó -Dumbledore fue quien me trajo mi carta, fue cortés y agradable hasta que mencioné que hablaba lengua pársel, lo que reveló que tenía una herencia de una criatura en mi linaje. Acortó su visita y traté varias veces de llamar su atención antes de empezar con Hogwarts. Pero siguió ignorándome, siempre buscando la manera de meterme en problemas, o de culparme de algo.

Nunca salí del orfanato, me levanté y me fui tan pronto como cumplí 16 años, sin querer tener nada que ver con ese lugar. Fui a buscar a mi padre, y al menos lo vi una vez, le hice saber que yo existía, ya que para entonces había descubierto que mi madre lo había drogado con pociones de amor, que tuvieron un efecto duradero en él y en su salud.

Me encontré con mi tío ese día y descubrí más tarde - mucho más tarde - que Morfin Gaunt había ido a la mansión Riddle y había matado a mi padre y a los abuelos paternos en un ataque de rabia, ya que sabía que yo era mágicamente más fuerte que él, y que sería el primero en reclamar la herencia de Slytherin, mientras que él era poco más que un squib-.

Tom dejó de hablar por un momento, haciendo que Harry reflexionara sobre por qué se contaban esto el uno al otro, no hace 2 meses creían que el otro era un enemigo, pero ahora, aquí estaban, contándole toda la historia de su vida al otro sin que se sintiera raro o incómodo.

-Dumbledore sospechó que yo lo había hecho y se aseguró de interrogarme sobre el caso antes de que arrestaran y condenaran a mi tío. Me dejaron ir después de que diera pruebas de memoria de que estaban vivos cuando me fui, algo que luego descubrí que era ilegal, ya que todavía era menor de edad-.

Harry suspiró -¿Tenemos idea de por qué Dumbledore está tan en contra de las criaturas mágicas, después de todo, todos obtuvimos nuestra magia de ellas, convirtiéndolas en nuestros primos lejanos de todos modos. Por lo tanto, que la comunidad mágica rechace a la de los seres mágicos de tal manera que algunos seres sean clasificados como una amenaza o que una legislación tras otra confíe en ellos no tiene ningún sentido-.

Tom sacudió la cabeza -No he sido capaz de entender eso, y creo que es más bien las criaturas o personas que no puede controlar. Como es sabido, es muy cercano al jardinero de Hogwarts, Hagrid, y un querido amigo del profesor Flitwick, ambos conocidos como media criatura-.

Harry tarareó -A menos que también los tenga hechizados, si se atreve a hechizar al ministro de magia y al jefe de los aurores, quién sabe a quién más habrá hechizado-.

Tom frunció el ceño, -tienes razón en eso, eso debería dar a la comunidad un escándalo-.

Harry sonrió antes de asentir -Creo que conseguir que Dumbledore caiga en desgracia está en tu agenda, ¿no?-.

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