FREEDOM OF A NAGA

capitulo 29

Dumbledore, como se sospechaba, trató de utilizar sus títulos y cualquier otra cosa que poseyera para verlos como el benévolo abuelo que había acumulado a lo largo de los años, para conseguir que retiraran los cargos. Haciendo que la mayoría de los presentes le abuchearan, mientras que los que estaban en la misma cabina de los jueces, se limitaban a mirar con desprecio al hombre allí sentado.

Tom se aclaró la garganta: -Albus Dumbledore, nada de lo que digas o hagas cambiará la forma en que la gente te percibe. Las mentiras, los hechizos y la verdad han sido revelados al público en general, se han tomado medidas para asegurarse de que ya no tendrás ningún control sobre el público.

Esta es tu única oportunidad de decir por qué estabas dispuesto a destruir nuestra comunidad, ya que esto es lo que has estado haciendo. Has estado matando lentamente la magia, y has estado matando a los niños mágicos, sólo por los rasgos que poseían-.

De repente la mirada del anciano cambió, -eres igual que ellos, tú... ¡monstruo! Eres un descendiente de Slytherin, uno con sangre de Naga en las venas, si los antiguos volvieran a levantarse, el mundo volvería a ser como hace cientos de años, se necesita evolución y revolución para conseguir una raza mejor-.

Harry lo miró, -realmente crees eso-.

Esto hizo que el hombre lo mirara, y palideciera cuando por fin pareció reconocer al joven sentado al lado de Tom, y la forma en que su rostro cambió, -Harry, mi muchacho-.

Harry se burló de eso, -no intentes esto, viejo, Tom y yo somos tan víctimas tuyas como lo fueron todos los demás. Sólo creíste que tenías una mejor oportunidad de moldearme en lo que sea que me estabas moldeando. Sé que hay otros ahí fuera que están esperando una respuesta a por qué estabas dispuesto a matar, o ayudar a matar a tantos niños, y sobre todo a tu hermana-.

Sin siquiera intentar disimular el asco que se le notaba en la cara, Dumbledore empezó a soltar las mismas ideas que su madre solía decir a todo el que quisiera escuchar, que era la sangre de las criaturas la que les hacía débiles, mientras que la sangre muggle les haría fuertes.

Peor aún, matar a cualquier descendiente que fuera parte de criatura fortalecería su propia magia, ya que la magia que salía del cadáver tenía que ir a alguna parte. Lo cual era parte de la razón por la que quería estar allí, cuando se mataba a tanta gente; después de todo, él era un mago medio, pero pronto descubrió que había gente mucho más fuerte, que tenía sangre de criatura, y que lo superaría en pocos años. Miró a Tom con odio mientras decía esto.

Tom soltó una risa seca: "Soy como soy, Dumbledore, porque no tengo sangre muggle en mí, al menos no por varias generaciones. Mis dos padres eran mágicos, tal vez con un nivel de poder cercano al de los squibs, pero mágicos al fin y al cabo. Lo mismo puede decirse de mis abuelos, aunque su mezcla de sangre no diera lugar a hijos mágicos fuertes, hizo que mis padres pudieran tenerme a mí, y yo tenía la mezcla de genes adecuada para ser fuerte como soy-.

Respirando hondo, Tom tomó la mano de Harry cuando el joven se la tendió: -Sufrí, en efecto, pero, por otra parte, la Madre Magia pidió cierto sufrimiento a los que elige como su Señor de la Magia. Tú, sin embargo, aunque te llamas a ti mismo Señor de la Luz, nunca fuiste elegido por Ella para presentarte de esa manera-.

Dumbledore volvió a resoplar, una vez más sin darles a ellos ni a nadie del público una respuesta decente de por qué hacía todo lo que hacía.

-La Madre Magia es sólo un mito, inventado por esas bestias para intentar conseguir los mismos privilegios que nosotros, los humanos-.

Varias personas del público jadearon al oír eso, ya que varios de ellos practicaban las Viejas Costumbres, y escuchar a ese hombre -esa figura, o figura pasada- invocando una de sus más antiguas tradiciones, les hizo temer qué más había envenenado Kendra Dumbledore en la mente de su hijo mayor.