Harry gruñó cuando golpeó el suelo con fuerza, la taza volando de su mano mientras estaba tumbado en el suelo, con la mandíbula dolorida por el impacto en el suelo.
Mirando a su alrededor sacó su varita y maldijo, no hay forma de que esto estuviera ni remotamente cerca de Hogwarts.
La última tarea había ido tan bien, que incluso él había sido el primero en entrar, y gracias a un hechizo de rastreo que encontró en la Cámara no se metió en ningún callejón sin salida, sólo el camino más rápido hacia el centro del laberinto.
Se encontró con algunos obstáculos, algunos tornillos con punta maldita que Hagrid había guardado y alimentado hasta la madurez, así como con niebla anti-gravedad, pero se ocupó de esas cosas con bastante facilidad. Incluso la Esfinge en el último turno le había dado un acertijo que resolvió sin problemas.
Lo único que odiaba era la acromantula madura que lo emboscó en el centro del laberinto. La eliminó a tiempo, antes de que pudiera hacer ningún daño, pero aún así. Pensó que sería transportado fuera del laberinto cuando sintiera el tirón detrás de su ombligo que indicaba que la copa era un traslador.
Sin embargo, aquí estaba, en un cementerio sin nombre, sin un alma viviente en kilómetros a la redonda.
Mirando a su alrededor, sus ojos cayeron sobre una enorme lápida, adornada con tres nombres: Tom Riddle, Patrick Riddle y Lisette Riddle, de soltera Mason. Tragó espeso; estos eran los nombres de los parientes de Voldemort.
Instantáneamente en guardia, se dio cuenta de que alguien arrastraba algo pesado tras ellos, lo que le hizo sentir curiosidad y se acercó, con precaución.
Permaneciendo detrás de las lápidas, pudo ver a un hombre bajo y robusto arrastrando un enorme caldero detrás de él, una vez a la luz de alguna de las luces alrededor del cementerio, reconoció a Cola Gusano. Deseando jadear, se puso una mano sobre la boca, esperando que no se le escuchara.
Afortunadamente, no fue así, ya que Cola Gusano regresó a la mansión que Harry podía ver al fondo, cuando regresó era con una enorme serpiente que lo cubría, así como un bebé deforme en sus brazos. Al mirar al bebé, notó que tenía la piel blanca y los ojos rojos, recordándole la cabeza que una vez había visto en la parte posterior del cráneo de Quirrell. Este debe ser Voldemort entonces, buscando la copa para volver a Hogwarts, podía maldecir cuando los ojos de Voldemort se posaron en ella.
-Cola gusano, idiota, el chico ya está aquí. ¡Encuéntralo! Encuentra y tráeme a Harry Potter-.
Respirando hondo, Harry esperó a que Cola Gusano fuera en la otra dirección para ir a la copa, esperando llegar a ella antes de que alguien se diera cuenta.
Sin embargo, se le había acabado la suerte, ya que la enorme serpiente se enroscó a su alrededor y silbó a Voldemort, haciendo que el hombre levantara la vista.
-Cola gusano, tonto, ya está aquí-.
Dando la vuelta, Harry corrió al otro lado del cementerio que sabía que Cola Gusano se había ido, esperando llegar a la calle que podía ver al otro lado del cementerio. Si se deshacía de sus túnicas, podría pasar por un escolar normal, esperando que alguien de allí le ayudara a volver a Hogwarts.
No era mucho, pero era mejor que acostumbrarse a lo que Voldemort había estado planeando. Porque desde que vio el gran caldero, todo, desde cocinarlo hasta drenarle la sangre, le pasó por la cabeza, un escenario peor que el anterior...
Sin embargo, nunca llegó a la calle, un hechizo lo golpeó en la espalda y lo dejó inconsciente.
Voldemort seguía esperando a Cola Gusano, esperaba que el imbécil no dejara escapar al chico Potter, después de todo, había esperado tanto este momento, para tener un cuerpo una vez más. Podría matar al pequeño cobarde si fallaba en esta parte.
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FREEDOM OF A NAGA
FanfictionEl mordisco del basilisco, junto con las lágrimas de Fawkes, cambiaron algo en Harry. A partir del verano anterior a su tercer año en Hogwarts, descubre cosas que lo harán pensar en el mundo mágico en un escenario completamente diferente. Cuando su...